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QUINTA PARTE 9 страница



—Estoy ya terriblemente harta de oнr a la gente criticarte, querida mнa —dijo Melanie—, y йsta es la ъltima gota, y voy a tomar una determinaciуn. Todo esto ocurre porque todo el mundo te tiene envidia por lo elegante que eres y el йxito que tienes. Has triunfado donde hasta muchos hombres habrнan fracasado. Ahora, no te incomodes conmigo, querida, por decirte esto: yo nunca he pensado que eres poco femenina, como dice mucha gente, porque eso no es verdad. La gente no te entiende porque no puede soportar que una mujer sea inteligente; pero tu inteligencia y tъ йxito no dan derecho a la gente para decir que tъ y Ashley... ЎEstrellas del cielo!

La suave vehemencia de esta ъltima y extraсa exclamaciуn hubiera pasado inadvertida en otros labios. Pero en los de Melanie hizo que Scarlett la mirase, asustada ante una exaltaciуn tan sin precedentes.

—ЎY venirme a mн con las asquerosas mentiras que han inventado... Archie, India y la seсora Elsing! їCуmo se atrevieron? Desde luego, la seсora Elsing no vino. Claro que no, no tuvo ese valor. Pero siempre te ha odiado, querida, porque eres mucho mбs admirada que Fanny. ЎY la molestу tanto que no encomendases a Hugh la direcciуn de la serrerнa! Tuviste mucha razуn al no encomendбrsela. Es un tonto y un inъtil.

 

Asн hablу Melanie del compaсero de su infancia, del adorador de varios aсos.

—Me indigno conmigo misma al pensar en Archie; no debнa haber dado cobijo a semejante bandido. Todo el mundo me lo decнa, pero yo no querнa hacer caso. No te puede ver por lo de los presidiarios. Pero їquiйn es йl para criticarte? ЎUn asesino, y asesino de una mujer ademбs! ЎY, despuйs de todo lo que yo he hecho por йl, viene y me dice!... No hubiera sentido ni pizca que. Ashley le hubiera pegado un tiro. Pero lo despachй con una buena"... Puedo asegurбrtelo. Ya se ha marchado de la ciudad. Y, en cuanto a India, Ўquй ser tan vil! Querida mнa, la primera vez que os vi juntas a las dos, no pude menos de notar que te tenнa envidia y que te odiaba porque tъ eres incomparablemente mбs bonita que ella y tenнas muchos mбs adoradores. Y te odiaba sobre todo a causa de Stuart Tarleton, y ha cavilado tanto con lo de Stuart Tarleton, que... bueno, siento mucho decirlo tratбndose de la hermana de Ashley, pero yo creo que tanto pensar en йl le ha atacado a la cabeza. No cabe explicar de otro modo su acciуn... Le he dicho que no vuelva a poner los pies en esta casa y, que si la oigo repetir tan vil insinuaciуn, yo la..., yo la llamarй mentirosa delante de todo el mundo.

Melanie se detuvo y repentinamente la ira se borrу de su rostro dando paso al dolor. Tenнa la apasionada lealtad de clan peculiar de los georgianos, y la idea de una riсa de familia le destrozaba el corazуn. Pero Scarlett era para ella la mбs querida. Continuу:

—Siempre ha estado celosa de ti porque yo te querнa mбs que a ella. Nunca volverб a poner los pies en esta casa, y yo no volverй a ponerlos en ninguna en que se la reciba. Ashley estб de acuerdo conmigo, y eso que le desgarra el corazуn al pensar que su misma hermana es capaz de decir semejante...

Al oнr el nombre de Ashley, los destrozados nervios de Scarlett cedieron y rompiу a llorar desconsoladamente. їNo podrнa dejar nunca de herirlo en lo mбs нntimo? Su ъnico pensamiento habнa sido hacerlo feliz y darle tranquilidad, y parecнa que se proponнa hacerle daсo a cada momento. Habнa destrozado su vida, rebajado su orgullo y su respeto de sн mismo, arruinado esa paz interior y esa tranquilidad que se basan en la integridad. Y ahora lo habнa separado de la hermana a quien tanto amaba. Para salvar la reputaciуn de ella y la felicidad de su esposo, India habнa tenido que ser sacrificada, habнa que hacerla pasar por una mentirosa, por una solterona celosa medio chiflada. India, que tenнa razуn en todas las sospechas que habнa sentido siempre y en todas las palabras acusadoras que habнa pronunciado. Siempre que Ashley mirase los ojos de India, verнa brillar en ellos la verdad, el reproche y el frнo desdйn que tan bien sabнan expresar los ojos de los Wilkes. Sabiendo que Ashley apreciaba en mбs el honor que la vida, Scarlett comprendiу cуmo estarнa sufriendo. Йl, como Scarlett, se veнa obligado a guarecerse bajo las faldas de Melanie. Aunque Scarlett reconocнa la necesidad de esto y comprendнa que la culpa de esta posiciуn falsa era principalmente suya, sin embargo, sin embargo..., mujer al fin, pensaba que hubiera respetado mбs a Ashley si hubiera matado a Archie y hubiese reconocido toda la culpa ante Melanie y ante el mundo. Comprendнa que no era leal, pero se sentнa demasiado desgraciada para pararse en esos detalles. Algunas de las insultantes y despreciativas palabras de Rhett se presentaban a su memoria y se preguntaba si verdaderamente Ashley habнa desempeсado un papel muy varonil en la comedia... Y, por primera vez, algo del resplandor en que lo habнa rodeado el dнa en que se enamorу de йl empezу a palidecer imperceptiblemente. La mancha de vergьenza y culpabilidad que la habнa manchado a ella le salpicaba tambiйn a йl. Resueltamente tratу de desechar esta idea, pero sуlo consiguiу llorar con mбs desconsuelo.

—ЎNo llores, no llores! —gritу Melanie, dejando caer la labor, echбndose en el sofб y atrayendo la cabeza de Scarlett sobre sus hombros—. No debнa haberte hablado de esto y disgustado de este modo. Comprendo el terrible efecto que esto te producirб, y nunca jamбs volveremos a mencionarlo. No, ni entre nosotros ni a los demбs. Serб como si nada hubiese ocurrido; pero —aсadiу con amargura— les enseсarй a India y a la seсora Elsing lo que son las cosas. No vayan a creer que se pueden lanzar calumnias sobre mi marido y mi cuсada. Voy a arreglar las cosas de tal modo que ninguna de las dos se atreverб a volver a levantar la cabeza en Atlanta. Y quien las reciba o les dй crйdito serб mi enemigo.

Scarlett, pensando tristemente en el porvenir, comprendiу que suya era la culpa de una enemistad que dividirнa a la ciudad y a la familia durante generaciones.

Melanie cumpliу su palabra. Nunca mбs mencionу tal asunto ni a Scarlett ni a Ashley. No lo volviу a discutir absolutamente con nadie. Adoptaba un aire de frнa indiferencia que se cambiaba rбpidamente en glacial dignidad si alguien se atrevнa a hacer la menor alusiуn al asunto. Durante las semanas que siguieron a la fiesta, cuando Rhett habнa desaparecido misteriosamente y la ciudad estaba en un estado de frenйtica chismografнa, excitaciуn y partidismo, ella no concedнa cuartel a los detractores de Scarlett, ya fuesen sus antiguos amigos o de su misma sangre. No hablaba, obraba.

Se pegу a Scarlett como una lapa. La obligaba a ir al almacйn y al depуsito de maderas todas las maсanas, como habнa acostumbrado siempre a hacerlo, y generalmente la acompaсaba. Se empeсу en que Scarlett saliera en coche todas las tardes, aunque Scarlett no querнa exponerse a la curiosa mirada de sus conciudadanos. Y Melanie se sentaba en el coche a su lado. Melanie hacнa sus visitas al atardecer en su compaснa, introduciйndola a la fuerza en salones en los que hacнa mбs de dos aсos que no habнa puesto los pies. Y Melanie, con su tranquilo: «quien bien quiere a Juan bien quiere a su can», la imponнa, obligando a dirigirle la palabra a las estupefactas seсoras a quienes iban a visitar.

Durante aquellas tardes hacнa ir temprano a Scarlett y se quedaban hasta que los ъltimos visitantes se iban, privando de aquel modo a las seсoras del placer de quitarles el pellejo al volver la espalda. Estas visitas eran un tormento para Scarlett, pero no se atrevнa a negarse a ir con Melanie. La desesperaba sentarse entre mujeres que sabнa se estaban preguntando si efectivamente habнa sido sorprendida en adulterio. Tenнa el convencimiento de que esas mujeres no le hubieran dirigido la palabra de no ser porque querнan a Melanie y deseaban ante todo conservar su amistad. Pero Scarlett sabнa que habiйndola recibido en su casa una vez no podнan ya negarle el saludo.

El modo con que Scarlett era recibida no dejaba dudas de que muy pocas personas basaban su defensa en su integridad personal. «No pondrнa por ella la mano en el fuego», era lo que se traslucнa en la actitud de la gente. Scarlett se habнa creado demasiados enemigos para encontrar ahora muchos defensores. Demasiados corazones habнan, sido heridos por las palabras y los actos de Scarlett para preocuparse de si este escбndalo la herнa a ella o no. Pero todo el mundo se preocupaba de si podнa herir a Melanie o a India, y la tormenta se cernнa en torno de ellas mбs que de Scarlett, teniendo como centro una sola pregunta: «їHa mentido India? ».

Los que se pusieron del lado de Melanie se basaban en el hecho de que Melanie en aquellos dнas no se separaba de Scarlett. їPodrнa una mujer de los altos principios morales de Melanie defender la causa de una mujer culpable, y mбs aъn si esa mujer era culpable con su propio marido? De ningъn modo. India era una solterona neurastйnica que odiaba a Scarlett y la calumniaba, e inducнa a Archie y la seсora Elsing a creer sus mentiras.

Pero decнan los partidarios de India: «Si Scarlett no es culpable, їdуnde estб el capitбn Butler? їPor quй no estб aquн, al lado de su esposa, prestбndole el apoyo de su presencia? » Era una pregunta que no tenнa contestaciуn, y cuando, pasadas algunas semanas, corriу el rumor de que Scarlett estaba encinta, el grupo de los partidarios de India moviу la cabeza con satisfacciуn. El niсo no podнa ser del capitбn Butler, decнan. Durante demasiado tiempo, el hecho de su separaciуn habнa sido del dominio pъblico. Hacнa demasiado tiempo que la ciudad se sentнa escandalizada por las alcobas individuales.

Y, asн, el chismorreo continuaba, dividiendo a la ciudad, separando tambiйn el compacto clan de los Hamilton, Wilkes, Burr, Whilman y Winfield que siempre habнa estado tan unido. Todos, aun dentro de la familia, se habнan visto obligados a adoptar un partido. No habнa terreno neutral. Melanie con frнa dignidad e India con terrible amargura, se ocuparon de que asн fuese. Pero, fuera cual fuera el partido adoptado por los parientes, todos guardaban rencor a Scarlett por haber sido causante de aquella ruptura familiar. Nadie creнa que ella fuese digna de tal discordia. Y, cualquiera que fuese el partido adoptado, todos lamentaban que India hubiera tomado sobre sн el lavar la ropa sucia de la familia tan en pъblico y hubiese envuelto a Ashley en escбndalo tan degradante. Pero, ahora que ya habнa hablado, muchos acudieron en su defensa y tomaron partido contra Scarlett, mientras otros que querнan demasiado a Melanie permanecieron con ella y Scarlett.

Medio Atlanta era familia, o presumнa serlo, de Melanie y de India. Las ramificaciones de primos carnales y primos polнticos, los parentescos mбs remotos, tan intrincados que nadie que no fuera georgiano serнa capaz de desenmaraсarlos, habнa constituido siempre una tribu muy unida, que presentaba una irrompible falange de invencibles escudos en tiempo de adversidad, sin importarles cuбl pudiera ser la opiniуn personal sobre la conducta de algunos de sus individuos. A excepciуn de la pelea entre tнa Pitty y tнo Henry, que habнa dado ocasiуn a las risas de la familia durante muchos aсos, nunca se rompieron sus relaciones. Eran gente tranquila, reservada y no dada a la amable crнtica que caracterizaba a tantas familias de Atlanta.

Pero ahora estaban divididas en dos bandos, y la ciudad podнa ver a primos en quinto y sexto grado tomar partido en el mбs grande escбndalo que habнa presenciado jamбs. Esto creу grandes dificultades y puso a prueba el tacto y la indulgencia de la otra mitad de la ciudad, porque la ruptura de India con Melanie causу rupturas en casi todas las organizaciones sociales. Los Amigos de Talнa, el Cнrculo del Ropero para las Viudas y Huйrfanos de la Confederaciуn, la Asociaciуn para el Embellecimiento de las Tumbas de los Gloriosos Caнdos, el Cнrculo Musical de las Noches de Sбbado, la Sociedad de Damas para Cotillones Nocturnos, la Biblioteca de la Juventud, se veнan divididos. Lo mismo ocurriу en cuatro iglesias con sus Sociedades de Damas para el Auxilio a las Misiones. Tenнan que evitar con sumo cuidado el poner miembros de distintos partidos en el mismo comitй.

En sus tardes de recepciуn, las seсoras de Atlanta se pasaban las horas de cuatro a seis angustiadas por el miedo a que a Melanie y a Scarlett se les ocurriese llegar cuando India y su partido se encontraban en sus salones.

De toda la familia, la pobre tнa Pitty fue la que mбs tuvo que sufrir. Pitty, que no deseaba otra cosa sino vivir tranquila rodeada del afecto de sus parientes, hubiera querido en esta ocasiуn encender una vela a Dios y otra al diablo. Pero ni Dios ni el diablo se lo permitнan.

India vivнa con tнa Pitty, y si Pitty tomaba partido por Melanie, como lo estaba deseando, India se marcharнa. Y si India se marchaba, їquй iba a hacer la pobre tнa Pitty? Era incapaz de vivir sola. Tendrнa que buscar una persona extraсa que viviese con ella, o tendrнa que cerrar su casa e irse a vivir con Scarlett. Pitty se daba cuenta de que al capitбn Butler no le gustarнa demasiado esa combinaciуn. O bien tendrнa que irse a vivir con Melanie y dormir en el cuartito de Beau.

Pitty no sentнa extraordinario cariсo por India, que la intimidaba con su aspecto frнo y altanero y sus convicciones apasionadas. Pero gracias a ella le resultaba posible conservar su agradable modo de vivir, y Pitty siempre se sentнa impulsada mбs por consideraciones personales que por convicciones morales. Y por eso India se quedу.

Pero la presencia de India en la casa hizo de Pitty un pararrayos, pues tanto Scarlett como Melanie tomaron esto como una declaraciуn de que abrazaba el partido de India. Scarlett se negу terminantemente a contribuir con su dinero al sostenimiento de la casa de tнa Pitty mientras India permaneciese bajo su techo. Ashley enviaba dinero a India semana tras semana; pero, semana tras semana, India, altanera y silenciosa, lo devolvнa, con gran consternaciуn de la anciana seсora. Las finanzas hubieran marchado deplorablemente en la casa de ladrillo rojo sin la intervenciуn de tнo Henry; y a Pitty la humillaba tomar dinero de йl.

Pitty querнa a Melanie mбs que a nadie en el mundo, excepto a sн misma, y ahora Melanie se comportaba como una extraсa frнa y cortйs. Aunque realmente vivнa en la parte trasera de la casa de Pitty, nunca mбs volviу a pasar por su portal como acostumbraba hacerlo una docena de veces al dнa. Pitty fue a verla y llorу y protestу de su afecto y adhesiуn; pero Melanie rehusу siempre tratar del asunto y nunca le devolviу la visita.

Pitty sabнa muy bien todo lo que le debнa a Scarlett. Desde luego, en aquellos terribles dнas que siguieron a la guerra, cuando Pitty se encontrу en la alternativa de ir con su hermano Henry o morirse de hambre, Scarlett le habнa conservado la casa, la habнa alimentado, la habнa vestido y la habнa puesto en situaciуn de poder presentarse con la cabeza erguida ante la sociedad de Atlanta. de que se habнa casado y marchado a vivir a su casa, habнa sido la generosidad personificada. ЎY aquel terrible y fascinador capitбn Butler! Muchas veces, despuйs que йl habнa estado con Scarlett a hacerle alguna visita, Pitty encontraba carteritas rellenas de billetes encima de su consola, o paсuelos de encaje con las puntas anudadas sobre alguna moneda de oro, dentro de su costurero. Rhett siempre juraba que no sabнa nada de aquello, y la acusaba de hipocresнa al ocultar un secreto adorador, tal vez el abuelo Merriwether.

Sн; Pitty debнa cariсo a Melanie y gratitud a Scarlett. їY quй le debнa a India? Nada, excepto que su presencia evitaba que tuviese que romper el agradable curso de su vida y tomar decisiones. Todo esto era muy desesperante, y Pitty, que en toda su vida no habнa tomado una determinaciуn, dejу que las cosas continuaran como estaban, y asн se pasaba la vida vertiendo desconsoladoras lбgrimas.

En resumidas cuentas: algunas personas creнan de todo corazуn en la inocencia de Scarlett, no a causa de sus mйritos personales, sino porque Melanie creнa en ella. Otras tenнan reservas mentales, pero eran corteses con Scarlett y la visitaban, porque querнan a Melanie y deseaban conservar su cariсo. Los partidarios de India le hacнan una ligera inclinaciуn de cabeza y algunos le negaron por completo el saludo. Estos ъltimos eran francamente insultantes; pero Scarlett comprendнa que, a no ser por la conducta de Melanie y su rбpida acciуn, toda la ciudad se hubiera declarado contra ella, aislбndola en absoluto.

Rhett estuvo tres meses fuera, y, durante todo ese tiempo, Scarlett no recibiу ni una sola noticia de йl. No sabнa ni dуnde estaba ni el tiempo que pensaba pasar fuera. Realmente, ni siquiera tenнa idea de si volverнa alguna vez. Durante todo ese tiempo iba a sus asuntos con la cabeza erguida y el corazуn deshecho. No se encontraba bien fнsicamente, pero, forzada por Melanie, iba al almacйn todos los dнas y procuraba mantener su interйs por la serrerнa. Pero el almacйn habнa perdido para ella su atractivo, y aunque el negocio rendнa el triple de lo que habнa rendido el aсo anterior y el dinero parecнa manar, no podнa interesarla y era desagradable y antipбtica con los empleados. La serrerнa de Johnnie Gallegher iba muy bien y el depуsito de maderas vendнa fбcilmente todas sus existencias. Pero nada de lo que Johnnie decнa o hacнa le parecнa bien. Johnnie, tan irlandйs como ella, descargу por fin su ira y amenazу con marcharse despuйs de una larga perorata que terminу asн: «Y para usted, seсora, el dorso de mis manos y la maldiciуn de Cromwell sobre usted». Tuvo que aplacarlo con las mбs humildes excusas.

Ya no iba nunca a la serrerнa de Ashley. No volviу tampoco por el depуsito de maderas cuando sabнa que йl estaba allн. Sabнa que Ashley la evitaba, que la continua presencia de ella en su casa, por las ineludibles invitaciones de Melanie, era un tormento para йl. Nunca hablaban a solas y Scarlett deseaba locamente preguntarle, porque querнa saber si ahora la odiaba y tambiйn quй era lo que le habнa contado a Melanie. Pero Ashley la mantenнa a distancia, y con su silencio le suplicaba a ella que callase. El ver su rostro avejentado, trastornado por el remordimiento, aumentaba su dolor, y el hecho de que su serrerнa perdнa dinero cada semana la irritaba en forma que no podнa expresar.

Su impotencia contra la presente situaciуn la desconcertaba. No sabнa quй hacer para mejorar aquel estado de cosas. Pero comprendнa que tenнa que hacer algo. Rhett hubiera hecho algo. Rhett siempre hacнa algo, aunque fuese equivocado, y ella lo respetaba involuntariamente por ello.

Ahora que el primer acceso de su indignaciуn contra Rhett y sus insultos se habнan calmado, empezу a echarlo de menos, y lo echaba de menos mбs vivamente cada dнa que pasaba sin haber recibido noticias suyas. El odio, la ira, el corazуn destrozado, el orgullo herido, habнan cedido lugar a la depresiуn, que llegу a saciarse en todo ello como el cuervo se sacia de carroсa. Lo echaba de menos, echaba de menos su gracia para contar anйcdotas que la hacнan reнr como loca, la mueca sarcаstica que reducнa las penas a su valor estricto; echaba de menos hasta sus burlas, que la herнan haciйndole replicar indignada. Pero mбs que nada, echaba de menos el tenerlo a su lado para poder ella tambiйn contarle sus cosas. Para esto Rhett no tenнa precio. Podнa contarle sin avergonzarse y con orgullo cуmo habнa arrancado el pellejo a la gente, y йl aplaudirнa. Y, si se le ocurrнa contar estas cosas a otras personas cualesquiera, se escandalizarнan.

Estaba muy sola sin йl y sin Bonnie. Echaba de menos a la chiquilla como nunca hubiera podido imaginar. Recordando las ъltimas palabras que Rhett le habнa lanzado a propуsito de Wade y Ella, procurу llenar algo de sus horas vacнas con los pequeсos. Pero no fue posible: las palabras de Rhett y las reacciones de los niсos abrieron sus ojos a una triste y amarga verdad. Durante los primeros aсos de sus hijos habнa estado demasiado ocupada, demasiado afanosa en las cuestiones de dinero, demasiado nerviosa y fбcil al enfado, para ganar ni su confianza ni su afecto. Y ahora, o bien era demasiado tarde, o bien no tenнa la paciencia y el tino suficientes para penetrar en sus corazoncitos.

A Scarlett le molestaba comprobar que Ella era una niсa tonta; pero indudablemente lo era. No podнa fijar su mente en una cosa mбs tiempo que un pбjaro puede pararse en una rama; ni siquiera cuando Scarlett le contaba cuentos. Ella salнa con cosas absurdas, preguntas sobre asuntos que no tenнan nada que ver con el cuento, olvidando lo que habнa preguntado mucho antes de que Scarlett hubiera encontrado contestaciуn. Y en cuanto a Wade... Tal vez Rhett tenнa razуn. Tal vez el chiquillo le tuviera miedo. Era extraсo y la disgustaba. їCуmo podнa su mismo hijo, su ъnico hijo, tenerle miedo? Cuando intentaba hacerle hablar, el niсo la miraba con los mismos ojos dulces de Charles y balbuceaba y trenzaba los pies azorado. Pero con Melanie hablaba por los codos y le enseсaba el contenido de sus bolsillos, desde los gusanos para pescar hasta los pedazos de cordel.

Melanie entendнa a los chiquillos. No cabнa dudarlo. El pequeсo Beau era el niсo mбs adorable y bien educado de toda Atlanta. Scarlett se entendнa mejor con йl que con su propio hijo, porque Beau no se azoraba con las personas mayores y no tenнa reparo en subirse sobre sus rodillas sin que ella se lo dijera. ЎQuй rubio tan guapo era, exactamente igual que Ashley! ЎSi Wade fuera como Beau! Desde luego, la razуn de que Melanie pudiera ocuparse tanto de йl era que no habнa tenido mбs que un hijo y que no se habнa visto precisada a trabajar como le ocurrнa a Scarlett. Por lo menos, Scarlett procuraba disculparse con esa idea; pero la honradez la obligaba a reconocer que a Melanie le gustaban los niсos y hubiera recibido con gusto una docena. Y la ternura que desbordaba de su corazуn la ponнa en Wade y en los chiquillos de la vecindad.

Scarlett no podнa olvidar su pasmo el dнa que llegу a recoger a Wade en casa de Melanie, y oyу, al detenerse ante la puerta de la casa, el sonido de la voz de su hijo que se elevaba imitando con bastante perfecciуn el alarido de los rebeldes. ЎWade, que en casa estaba siempre tan callado como un ratуn! Y Beau secundу varonilmente el grito de Wade, el agudo silbido de Wade. Cuando entrу en la casa, encontrу a los dos cargando contra el sofб con espadas de madera. Se callaron cuando ella entrу, y Melanie se levantу, riйndose y arreglбndose las horquillas y los rizos deshechos, de detrбs del sofб, donde estaba acurrucada.

—Estamos en Gettysburg —explicу—. Yo soy los yanquis y desde ahн me estaban dando una paliza. Йste es el general Lee —seсalando a Beau— y йste el general Pickett —echando un brazo por los hombros de Wade.

Sн, Melanie entendнa a los niсos de un modo que Scarlett nunca podrнa comprender.

«Al menos —se decнa—, Bonnie me quiere y le gusta jugar conmigo. » Pero la verdad la obligaba a reconocer que Bonnie querнa infinitamente mбs a su padre. Y" tal vez nunca mбs volviese a ver a Bonnie. Rhett podнa estar en Pиrsia o en Egipto y haber decidido quedarse allн para siempre.

Cuando el doctor Meade le dijo que estaba encinta, se quedу atуnita, porque dнa habнa esperado un diagnуstico de bilis o de excitaciуn nerviosa. Su mente volviу a aquella noche salvaje y se ruborizу al recordarla. їDe modo que de aquellos momentos de locura... aun cuando el recuerdo de la locura estuviera borrado por lo que habнa seguido...? Y por primera vez se alegrу de ir a tener un hijo. ЎSi fuera un niсo...! Un niсo esplйndido, no una criaturita tнmida como Wade. ЎCуmo lo iba a querer! Ahora que tenнa tiempo para ocuparse de un bebй y dinero para allanar su camino, Ўquй feliz serнa! Sintiу el impulso de escribir a Rhett, dirigiйndole la carta a casa de su madre, en Charleston, y de decirle... ЎSanto Dios! Tenнa que venir ahora. ЎSuponer que estuviera fuera hasta despuйs de que el niсo hubiera nacido! Nunca podrнa explicбrselo. Pero, si le escribнa ahora, iba a creer que querнa que volviera a casa, y se burlarнa. Y no debнa creer nunca que ella lo deseaba o le necesitaba.

Se alegrу mucho de haber ahogado ese impulso cuando, como primera noticia de Rhett, llegу una carta de tнa Pauline, pues por lo visto Rhett habнa ido a ver a su madre. ЎQuй descanso saber que estaba todavнa en los Estados Unidos, aun cuando la carta de tнa Pauline fuese indignante! Rhett habнa llevado a Bonnie a verlas a ella y a tнa Eulalie, y la carta estaba llena de alabanzas.

«Una monada. Cuando crezca serб seguramente una belleza. Pero me figuro que ya sabrбs que cualquier hombre que la corteje tendrб que entendйrselas con el capitбn Butler. Nunca he visto un padre tan entusiasmado. Y ahora, querida, deseo confesarte una cosa. Hasta que he conocido al capitбn Butler habнa creнdo que tu matrimonio con йl habнa sido una locura espantosa, porque, desde luego, nadie en Charleston dice de йl nada que pueda oнrse, y todo el mundo lo siente muchнsimo a causa de su familia. ЎCon decirte que Eulalie y yo estбbamos indecisas sobre si deberнamos o no recibirlo! Pero despuйs de todo, esa nena es nuestra sobrinanieta. Cuando vino nos sentimos agradablemente, muy agradablemente sorprendidas, y comprendimos lo anticristiano que es el dar crйdito al chismorreo de los desocupados. Porque Rhett es verdaderamente encantador. Un real mozo, muy guapo ademбs, y tan serio y atento... Y tan entusiasmado contigo y con la niсa...

»Y ahora, querida, voy a hablarte de algo que ha llegado a nuestros oнdos, algo que a Eulalie y a mн nos ha costado al principio mucho trabajo creer. Habнamos oнdo, desde luego, que tъ algunas veces te ocupas del almacйn que el seсor Kennedy te habнa dejado. Habнamos oнdo rumores; pero, naturalmente, los habнamos desmentido. Nos dбbamos cuenta de que en aquellos primeros dнas despuйs de la guerra, y estando las cosas como estaban, era tal vez necesario. Pero ahora ya no es necesaria semejante conducta de tu parte, porque, segъn he sabido, el capitбn Butler estб en esplйndida posiciуn y es ademбs capaz de dirigir por ti cualquier negocio o propiedad que puedas tener. Tenнamos que saber la verdad de estos rumores y nos vimos obligadas a hacer al capitбn Butler varias preguntas, lo que resultу altamente violento para todos nosotros.

»Con desgana nos confesу que te pasabas la maсana en el almacйn y que no permitнas a nadie que llevase los libros por ti. Tambiйn reconociу que tenнas algunos intereses en una serrerнa o serrerнas (no quisimos importunarle con mбs preguntas estando como estбbamos sobrecogidas por la noticia, que era completamente nueva para nosotras) que te obligaban a salir a caballo sola o escoltada por un rufiбn que, segъn nos ha asegurado el capitбn Butler, es un asesino. Hemos podido ver que esto le destroza el corazуn, y pensamos que debe de ser un esposo muy indulgente, mejor dicho, demasiado indulgente. Scarlett, eso no puede continuar. Tu madre no estб aquн para ordenбrtelo y debo hacerlo yo en su lugar. Piensa lo que sentirбn tus hijitos cuando sean mayores y se den cuenta de que has pertenecido al comercio. Lo mortificados que se sentirбn al enterarse de que te has expuesto a los insultos de gente grosera y a los peligros de la crнtica ocupбndote de unas serrerнas. ЎQuй poco femenina! »

Scarlett tirу la carta lejos de sн, sin acabar de leerla. Podнa ver a tнa Pauline y a tнa Eulalie sentadas para juzgarla en la ruinosa casa de la Batterie, con muy poco o nada entre ellas y el morirse de hambre, excepto lo que ella, Scarlett, les enviaba mensualmente. ЎPoco femenina! ЎPor Dios! Si ella no hubiera sido poco femenina, probablemente tнa Eulalie y tнa Pauline en estos momentos no tendrнan un techo bajo el cual cobijarse. ЎDemonio con Rhett! ЎHaberles hablado del almacйn, y de los libros, y de las serrerнas! їDe mala gana? Sabнa admirablemente el placer que habrнa sido para йl dar el pego a las ancianas seсoras, serio, y cortйs, y encantador, como padre y esposo entusiasmado. ЎCуmo habrнa disfrutado escandalizбndolas con el relato de sus actividades en el almacйn, las serrerнas, la cantina! Era un demonio. їCуmo podrнa complacerse en semejantes perversidades?

Pero pronto tambiйn esta rabia se convirtiу en apatнa. Mucha de su alegrнa de vivir habнa desaparecido. Si pudiera al menos volver a sentir interйs y pasiуn por Ashley... Si por fin Rhett volviera a casa y la hiciera reнr...

Ya estaba en casa otra vez, sin avisar. La primera noticia de su llegada fue el ruido del equipaje que estaban descargando y la voz de Bonnie gritando:

—ЎMamб!

Scarlett saliу corriendo de su habitaciуn y desde lo alto de la escalera vio a Bonnie alargando sus piernecillas en un esfuerzo para subir los escalones. En los brazos llevaba un gatito que se asнa, resignado, a su pecho.

—Me lo dio la abuelita —gritу excitada, cogiendo al animalito por la piel del cuello.

Scarlett la levantу en sus brazos y la besу agradecida a la presencia de la niсa, que evitaba que la primera entrevista fuese a solas con Rhett. Mirando por encima de la cabeza de la niсa, lo vio abajo en el vestнbulo, pagando al cochero. Йl mirу hacia arriba, la vio y, quitбndose el sombrero, hizo un amplio gesto de saludo, inclinбndose profundamente al hacerlo. Cuando ella lo distinguiу, su corazуn comenzу a latir mбs vivamente. No le importaba lo que йl fuera, no le importaba lo que habнa hecho. Por fin estaba de vuelta en casa y ella se sentнa contenta.

—їDуnde estб Mamita? —preguntу Bonnie, debatiйndose en los brazos de Scarlett.

Y йsta, aunque sin ganas, la dejу en el suelo.



  

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