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6 de abril. 8 de abril



6 de abril

 

Iva ha reunido unas pocas cosas que, segú n ella, necesitaré en el ejé rcito: la navaja y la brocha de afeitar, unos pañ uelos, una estilográ fica y un bloc de notas. No voy a tomarme el habitual permiso de diez dí as. Prefiero guardar esos dí as para má s adelante, si es posible. Iva, desde luego, lo considera un signo de frialdad por mi parte. Pero lo hago tan solo porque no quiero má s retrasos. Ella volverá con los Almstadt. Su padre vendrá el dí a diez para recoger sus cosas.

 

8 de abril

 

Ayer, cuando visité a mi padre, subí a mi antigua habitació n. Durante algú n tiempo, despué s de mi matrimonio, la sirvienta se alojó en ella. Ahora estaba libre, y encontré allí muchos de los objetos que tuve a mi alrededor diez añ os atrá s, antes de ir a la universidad. Sobre la cama habí a un grabado persa, de una mujer que dejaba caer una flor sobre su amante sepultado, visible bajo las piedras, con la tú nica fú nebre; una librerí a que me habí a comprado mi madre; una burda acuarela de una jarra y un vaso realizada por Bertha, una muchacha casi olvidada. Me senté en la mecedora, con la sensació n de que mi vida era ya lo bastante larga para contener perí odos casi olvidados o grupos aproximados de añ os que no se diferenciaban unos de otros. Recientemente habí a empezado a sentirme viejo, y se me ocurrió pensar que tal vez la edad me preocupaba tan solo porque quizá nunca volverí a a alcanzar una edad considerable, y que tal vez existí a en nuestro interior un mecanismo que intentaba darnos toda la vida cuando existí a el peligro de perderla. Y aunque sabí a lo absurdo que era pensar en mi «edad», al parecer habí a llegado a un punto en el que las perspectivas del tiempo se mostraban má s contraí das de lo que habí an estado poco antes. Empezaba a comprender el significado de la palabra «irrecuperable». Esta habitació n má s bien vulgar y, en ciertos aspectos, miserable, habí a sido durante doce añ os un lugar modé lico, el persa barbudo bajo las piedras redondas y la acuarela, los elementos integrantes de mi juventud. Diez añ os atrá s estaba en la universidad. Y antes... De repente me fue dado tener uno de esos atisbos perfectos que tenemos todos perió dicamente. De una manera ilusoria, la casa se empequeñ eció, se convirtió en un cuadrado minú sculo, retrocedió con rapidez, yo y todos los objetos cada vez má s pequeñ os. No se trataba de un simple truco visual. Comprendí que era una revelació n de los acuerdos efí meros mediante los que vivimos en paz con nosotros mismos. Miré a mi alrededor, a las paredes restauradas. Aquel lugar que de ordinario evitaba, tení a una gran importancia personal para mí. Pero treinta añ os atrá s no estaba ahí. Los pá jaros volaban sobre ese espacio. Dentro de cincuenta añ os puede que haya desaparecido. Pensé que esa realidad es muy peligrosa, muy traicionera. No se deberí a confiar en ella. Y me levanté de la mecedora, tambaleá ndome bastante, con la sensació n de que existe un elemento de traició n al sentido comú n en los mismos objetos del sentido comú n, o que no se podí a confiar en ellos, salvo por medio de un amplio acuerdo, y que mi separació n de ese acuerdo me habí a llevado peligrosamente lejos de la confianza necesaria, auxiliar de toda cordura. Las cosas no me habí an ido bien en soledad. Dudo que a cualquiera le fueran bien. Estar totalmente a solas contigo mismo poní a en duda los mismos hechos de la simple existencia. Tal vez la guerra podrí a enseñ arme, mediante la violencia, lo que habí a sido capaz de aprender durante aquellos meses en la habitació n. Tal vez podrí a sondear la creació n por otros medios. Tal vez. Pero ahora las cosas estaban fuera de mis manos. El siguiente movimiento serí a el del mundo. No podí a lamentarlo.

Amos, Dolly, Etta e Iva estaban a la mesa cuando entré para comer. Mi padre me regaló un reloj. Amos me dio una maleta que, segú n dijo, me serí a ú til para viajar durante la noche cuando regresara. De Etta y Dolly recibí un estuche de costura de cuero, al que no le faltaban tijeras y botones.

 



  

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