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EL SEGUNDO DIOS. EL PRIMER DIOS. EL TERCER DIOSEL SEGUNDO DIOS
¿Por qué ese enamoramiento entre el hombre Y la mujer? Ve de qué manera danza el viento del Norte, Con sus ligeros pasos, Y de qué forma el viento del Poniente sopla, Entonando una canción.
Observa a nuestra santa causa Sentada, ya, en su trono, Con la languidez y entrega de un alma, Que modula su canción a un cuerpo que danza.
EL PRIMER DIOS
No miraré yo el orgullo presuntuoso De la tierra, Ni tendré siquiera a sus hijos en cuenta, En su sufrimiento, que ellos llaman amor. ¿Y qué otra cosa es el amor sino un escondido tambor, Que dirige una enorme procesión de dulce inseguridad, A una forma diferente de un lento sufrir?
No quiero yo observar esa fantasía. ¿Qué cosas se ven allí, sino a una mujer Y un hombre, en la selva que ha brotado Para cazarlos con sus artimañas, A inculcarles la negación del yo, Y el engendramiento de sus hijos Para nuestro futuro, Aún no engendrado?
EL TERCER DIOS
¡Ah! del sufrimiento que engendra la sabiduría; Del espeso velo mediante el cual Nuestros cuestionamientos e investigaciones, Cubrieron el rostro de la Tierra; Del llamado a la guerra que, en cada minuto, Formulamos a la paciencia de los hombres.
Nosotros dejamos bajo cada roca Una figura de cera; Después decimos que es una forma de barro ¡Que en barro acabe!
Con nuestras manos tomamos la blanca llama Y luego decimos a nuestros espíritus: Es el aroma de nuestro yo, que retorna Al lado nuestro; Y un soplo de nuestros soplos que huyó de nosotros Y que luego tratamos de hallar en nuestras manos Y en nuestra boca más aromas.
¡Hermanos míos! ¡Dioses de la tierra! Aunque estuviéramos en lo más elevado Del acantilado, Continuaremos yendo En dirección a la tierra, por intermedio de los hombres, Que anhelan las doradas horas Que se encuentran en el destino de su hermano El ser humano.
¿Será despojada por nuestra sabiduría la hermosura De su mirada? ¿Disminuirán nuestros límites su pasión al acallamiento? ¿Las alzarán hasta nuestro propio apasionamiento? ¿Que podrán hacer los ejércitos de vuestras reflexiones Frente a los poderosos ejércitos del Sentimiento?
Pero aquellos que fueron Por el amor vencidos, Y sobre sus cuerpos muertos desfilaron sus carros y naves, Desde las naves hasta el acantilado, Y desde el acantilado hasta los mares Se detienen ahora, y en cualquier momento, Abrazándose entre sí, con respeto y con sonrojo.
Al reunir los pétalos de los capullos De su amor, Huelen el santo aroma de la vida, En la unión de sus espíritus, Encuentran a la vida misma, Retratándose sobre sus ojos Un rezo que hasta nosotros se eleva.
El sentimiento es una tiniebla que se inclina Con respeto dentro de una santa Tienda. Es un cielo que se transformó en selva. Es todas las estrellas transformadas En luciérnagas.
Lo cierto es que somos todo lo que se encuentra atrás Y sobre este planeta; Pero el sentimiento se encuentra muy lejos De poder ser alcanzado por nuestros Cuestionamientos; Y demasiado sublime como para llegar hasta él, Con nuestro cantar.
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