22 de febrero. 24 de febrero

22 de febrero

Si hoy Tu as raison aussi estuviera conmigo, le dirí a que la «construcció n ideal» má s elevada es la que abre el yo que te aprisiona.

Luchamos perpetuamente por liberarnos. O, por decirlo de un modo algo distinto, mientras damos la impresió n de que ponemos todo nuestro empeñ o en mantenernos firmes, preferiremos ceder. No sabemos có mo. Por ello, en ocasiones, desperdiciamos nuestras posibilidades, cuando lo que realmente queremos es dejar de vivir de una manera tan exclusiva y vana, sin pensar má s que en nosotros mismos, impuros y desconocedores, vueltos hacia nuestro interior y amarrados por el yo.

Estoy empezando a pensar que la bú squeda, ya sea de dinero, notoriedad, reputació n, aumento del orgullo, tanto si conduce al robo, el asesinato, el sacrificio, la bú squeda es una y la misma. Todo el esfuerzo tiene un ú nico fin. No comprendo del todo este impulso, pero me parece que su objetivo ú ltimo es el deseo de pura libertad. Todos nos sentimos atraí dos hacia los mismos crá teres del espí ritu: saber lo que somos y para qué existimos, conocer nuestra finalidad, buscar la armoní a. Y, si la bú squeda es la misma, las diferencias en nuestras historiales personales, que hasta ahora significaban tanto para nosotros, pasan a ser de menor importancia.

24 de febrero

Anoche intensa nevada. Me salté el almuerzo, a fin de evitar mojarme los pies tres veces en un solo dí a.

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