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En Su Ignorancia De Los Secretos Políticos, Las Multitudes Toman Resoluciones Absurdas Y La Anarquía Arruina A Los Gobiernos.



Punto 15. El Texto Original En Que Se Basó La Versió n Publicada De Los Protocolos Cayó En Manos De Sergei Nilus. Al Principio NilusNo Tení a Intenció n De Desacreditar Al Judaismo. Al Contrario, Se Lo Enseñ ó Al Zar De Rusia Con El Propó sito De Desacreditar Al Enclave Esoté rico Que Existí a En La Corte Imperial, Es Decir, El Enclave De Papus, Monsieur PhilippeY Otros Miembros De La Sociedad Secreta En Cuestió n. Es Casi Seguro Que, Antes De Mostrar El Documento Al Zar, NilusManipuló El Texto Con El Objeto De Que Resultara Má s Venenoso E Incendiario De Lo Que En Principio Era. Al Verse Desdeñ ado Por El Zar. NilusPuso En Circulació n Los Protocolos, Con El Texto Manipulado, Para Que Fuesen Publicados. No Habí an Logrado Su Objetivo Principal, Es Decir, Comprometer A PapusY A Monsieur Philippe. Pero Todaví a Podí an Servir Para Un Segundo Propó sito: Fomentar El Antisemitismo. Aunque Sus Blancos Principales Habí an Sido PapusY Monsieur Philippe, NilusTambié n Era Hostil Al Judaismo.

Punto 16. Por Consiguiente, La Versió n Publicada De Los Protocolos No Es Un Texto Totalmente Inventado. Es Má s Bien Un Texto Alterado De Forma Radical. Pero, A Pesar De Las Alteraciones, Se Advierten En É l Ciertos Vestigios De La Versió n Original: Como En Un Palimpsesto O Como En Pasajes De La Biblia. Estos Vestigios —Que Aludí an A Un Rey, Un Papa, Una Iglesia Internacional Y Sion— Probablemente Significaron Poco O Nada Para Nilus. Ciertamente, É l Mismo No Los Habrí a Inventado. Pero, Si Ya Estaban Allí, No Habrí a Tenido Motivo, Dada Su Ignorancia, Para Suprimirlos. Y, Si Bien Cabe Que Tales Vestigios No Tuvieran Ninguna Relació n Con El Judaismo, Es Posible Que Fueran Extremadamente Pertinentes Para Una Sociedad Secreta. Tal Como Averiguamos Má s Adelante, Eran —Y Siguen Siendo— De Importancia Primordial Para La PRIEURÉ DE SION.

Con Estos 16 Puntos De Antesalas Daré Inicio A La Publicació n De Los Protocolos De Los Sabios De Sion. Un Protocolo Por Dí a O Por Tarde O Quizá s Por Noche, Hasta Llegar Al Protocolo Nú mero 24. El Documento Es Tan Controvertido Para Nosotros Como Investigadores Independientes, Cuando Leemos Podemos Concluir Que Sintetiza “El Establecimiento De Un Orden Elitista A Travé s Del Caos”, Parecieran Má s Bien Obra De Los Jesuitas, Y De Su Famosa Frase “El Fin Justifica Los Medios”.

PROTOCOLO I:

 

El Derecho Só lo Está En La Fuerza. - La Libertad No Es Má s Que Una Idea. - El Liberalismo. - El Oro. - La Locura. - La Autonomí a. - El Despotismo Del Capital. - El Enemigo Domé stico. - La Plebe. - La Anarquí a. - La Polí tica Y La Moral. - El Derecho Del Má s Fuerte. - El Poder Judí o Francmasó n Es Invencible. - El Fin Justifica Los Medios. - Las Turbas Son Ciegas. - Las Discordias De Los Partidos. - La Forma De Gobierno Que Mejor Conduce A Nuestro Fin Es La Autocracia. - Los Licores Fuertes. - El Clasicismo. - El Libertinaje. - El Principio Y Las Reglas Del Gobierno Judí o Y Francmasó n. - El Terror. - Libertad, Igualdad Y Fraternidad. - El Principio Del Gobierno Diná stico. - Los Privilegios De La Aristocracia De Los Gentiles, Destruidos. - La Nueva Aristocracia. - Cá lculo Psicoló gico. - Abstracció n De La Libertad. - Amovilidad De Los Representantes Del Pueblo.

Dejemos De Lado Toda Fraseologí a; Estudiemos En Sí Misma Cada Idea E Ilustremos La Situació n Por Medio De Comparaciones Y Deducciones. Voy, Pues, A Formular Nuestro Sistema Desde El Punto De Vista Nuestro Y Desde El Punto De Vista De Los Gentiles (Goyim).

Hay Que Hacer Notar Ante Todo Que Los Hombres Dotados De Malos Instintos Abundan Má s Que Los De Buenos Sentimientos. Por Esta Razó n Hay Que Esperar Mejores Resultados Cuando Se Gobierna A Los Hombres Por Medio De La Violencia Y El Terror, Que Cuando Se Trata De Gobernarles Por Medio De Las Discusiones Acadé micas. Todo Hombre Aspira Al Poder; Cada Uno Quisiera Convertirse En Dictador; Si Esto Fuera Posible Al Mismo Tiempo, Muy Poco Faltarí a Para Que No Estuvieran Todos Prontos A Sacrificar El Bien De Los Demá s, A Trueque De Conseguir Cada Uno Su Propio Provecho.

¿ Qué Es, Pues, Lo Que Ha Reprimido Hasta Ahora A Esa Bestia Feroz Que Se Llama Hombre? ¿ Qué Es Lo Que Ha Podido Dirigirle Hasta El Presente? Al Iniciarse El Orden Social, El Hombre Se Ha Sometido A La Fuerza Bruta Y Ciega; Má s Tarde, A La Ley, Que No Es Má s Que Esa Misma Fuerza, Pero Disfrazada. De Donde Yo Saco La Conclusió n Que, Segú n La Ley Natural, El Derecho Radica En La Fuerza. La Libertad Polí tica Es Una Idea Y No Un Hecho. Se Necesita Saber Aplicar Esta Idea Cuando Es Necesario Atraer Las Masas Populares A Un Partido Con El Cebo De Una Idea, Si Ese Partido Ha Resuelto Aplastar Al Contrario Que Se Halla En El Poder.

Este Problema Resulta De Fá cil Solució n Si El Adversario Se Mantiene En El Poder En Virtud De La Idea De Libertad, De Eso Que Se Llama Liberalismo, Y Sacrifica Un Poco De Su Fuerza En Obsequio De Esa Idea: Libertad. Y He Aquí Por Dó nde Ha De Llegar El Triunfo De Nuestra Teorí a: Una Vez Que Se Aflojan Las Riendas Del Poder, Inmediatamente Son Recogidas Por Otras Manos, En Virtud Del Instinto De Conservació n, Porque La Fuerza Ciega Del Pueblo No Puede Quedar Un Solo Dí a Sin Tener Quien La Dirija, Y El Nuevo Poder No Hace Otra Cosa Sino Reemplazar Al Anterior Debilitado Por El Liberalismo.

En Nuestros Dí as, El Poder Del Oro Ha Reemplazado Al Poder De Los Gobiernos Liberales. Hubo Un Tiempo En Que La Fe Gobernaba. La Idea De Libertad Es Irrealizable, Porque Nadie Hay Que Sepa Usar De Ella En Su Justa Medida. Basta Dejar Al Pueblo Que Por Algú n Tiempo Se Gobierne A Sí Mismo, Para Que Inmediatamente Esta Autonomí a Degenere En Libertinaje. Surgen Al Punto Las Discusiones, Que Se Transforman Luego En Luchas Sociales, En Las Que Los Estados Se Destruyen, Quedando Su Grandeza Reducida A Cenizas. Sea Que El Estado Se Debilite En Virtud De Sus Propios Trastornos, Sea Que Sus Disensiones Interiores Lo Ponen A Merced De Sus Enemigos De Fuera, Desde Ese Momento, Ya Puede Considerarse Como Irremediablemente Perdido; Ha Caí do Bajo Nuestro Poder. El Despotismo Del Capital, Tal Como Está En Nuestras Manos, Se Le Presenta Como Una Tabla De Salvació n Y A La Que, De Grado O Por Fuerza, Tiene Que Asirse, Si No Quiere Naufragar.

A Quien Su Alma Noble Y Generosa Induzca A Considerar Estos Discursos Como Inmorales, Yo Le Preguntarí a: Si Todo Estado Tiene Dos Enemigos Y Contra El Enemigo Exterior Le Es Permitido, Sin Tacharlo De Inmoral, Usar Todos Los Ardides De Guerra, Como Ocultarle Sus Planes, Tanto De Ataque Como De Defensa; Sorprenderlo De Noche O Con Fuerzas Superiores, ¿ Por Qué Estos Mismos Ardides Empleados Contra Un Enemigo Má s Peligroso Que Arruinarí a El Orden Social Y La Propiedad, Han De Reputarse Como Ilí citos E Inmorales? ¿ Puede Un Espí ritu Equilibrado Esperar Dirigir Con É xito Las Turbas Por Medio De Prudentes Exhortaciones O Por La Persuasió n, Cuando El Camino Queda Expedito A La Ré plica, Aun La Má s Irracional, Si Se Tiene En Cuenta Que É sta Parece Reducir Al Pueblo Que Todo Lo Entiende Superficialmente?

Los Hombres, Sean De La Plebe O No, Se Guí an Casi Exclusivamente Por Sus Pasiones, Por Sus Supersticiones, Por Sus Costumbres, Sus Tradiciones Y Sus Teorí as Sentimentales; Son Esclavos De La Divisió n De Partidos Que Se Oponen Aun A La Má s Razonable Avenencia. Toda Decisió n De Las Multitudes Depende, En Su Mayor Parte, De La Casualidad, Y Cualquier Resolució n Suya Es Superficial Y Adoptada Con Ligereza.

En Su Ignorancia De Los Secretos Polí ticos, Las Multitudes Toman Resoluciones Absurdas Y La Anarquí a Arruina A Los Gobiernos.



  

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