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Lunes 18. Domingo 20 de abril



Lunes 18

Resulta que en este colegio hay una banda de ladrones invisibles. Yo sé que son malos o tal vez no, pero de todos modos me da mucha rabia que no me hayan convidado a ser ladró n. Ahora sé lo que es ser policí a. Es la pica de no ser ladró n la que los hace buscarlos. Porque claro que no hay nada má s lindo que hacer cosas misteriosas. A mí me robaron mi lapicera y un libro, pero no estoy muy seguro si tení a el libro o no, pero en todo caso sirve para buscar al ladró n. Cariola ha organizado una pandilla para buscar al ladró n. A mí me nombraron Oficial de Reserva porque se me habí an perdido tantas cosas. Es decir, yo tuve que decir que me habí an robado una cantidad de cosas para que me recibieran en la pandilla. Me encargaron que dejara mi chomba nueva encima de la cama para ver si se la robaban, pero como nadie se la robó, tuve que esconderla detrá s del pizarró n. Y cada vez que podí a, iba a ver si estaba ahí, hasta que la ú ltima vez que fui no estaba, y se la habí an robado de veras. Entonces cité a la pandilla a reunió n y les conté lo que pasó y cuando apenas estaba hablando, Cariola me dio un golpe y me dijo que yo era un idiota y un farsante y todos se rieron de mí. Son unos canallas y los aborrezco a todos, hasta Javier.

Tengo unas ganas terribles de morirme.

Marzo 20

Dije que me dolí a el estó mago y me quedé en cama porque me carga el colegio y todos, todos son unos imbé ciles.

Ayer se cuchicheaban delante de mí y me hací an burla y yo no podí a pegarles porque eran tantos. Y tengo ganas de matar a Cariola que es el culpable de todo.

Cuando entré al dormitorio, descubrí que me habí an robado mi diario y lo estaban leyendo y rié ndose. Me tiré encima de ellos y se los quité y casi me mataron. Por suerte, entró el Mocho en ese momento y me libró de la muerte.

Son unos cobardes: ¡ todos contra uno!

Aunque Cariola vino a verme esta mañ ana, de todas maneras lo odio y todaví a quiero matarlo y lo malo es que no me puedo confesar hasta que no se me quiten estas ganas.

Marzo 23

Hoy sucedió un accidente. Cariola se cayó del trapecio y se quebró un brazo. Vino la Ambulancia y se lo llevó. Todos nos quedamos con frí o cuando se fue, y eso que hací a calor.

No sé por qué siento todo el tiempo algo raro en el brazo que se quebró Cariola, es decir en mi brazo y pienso y pienso en Cariola y eso que lo perdoné bien perdonado y ya no quiero matarlo. Ya me puedo confesar y todo, porque ya no lo odio y casi lo quiero un poco, pero si me acuerdo de é l cuchicheando, lo odio otra vez.

Cuando entramos a la Capilla hice una promesa porque se mejorara Cariola: que su mamá se vistiera de Lourdes y que no comiera má s dulces en su vida. Una mamá bien puede hacerlo por su hijo.

De todas maneras, mañ ana me voy a confesar, y como no voy a tener tiempo de hacer mi examen de conciencia en la mañ ana, lo dejaré hecho esta tarde:

1° He odiado a 19 personas;

2° He pensado tres dí as en matar a uno;

3° No me querí a arrepentir;

4° He perdido mi chomba nueva por mi culpa.

Los demá s pecados son los mismos de siempre.

Resulta que se me desparramó un tintero en mi cama cuando estaba escribiendo mi diario yo no sé qué hacer. Lavé la colcha y la mancha no salió. Entonces tuve que recortarle el pedazo y cuá ndo venga mi mamá le encargaré uno de la misma forma. La cuestió n es que ella venga antes del 1º, que es cuando toca que nos cambien la colcha y van a descubrir lo de la mí a.

Todo esto le pasa a uno porque le roban la lapicera. Y uno no tiene la culpa, por eso no dan muchos remordimientos.

Marzo 24

En fin, no sé por qué a uno le pasan cosas tan terribles.

En el colegio está n haciendo un pozo inmenso y a la hora de recreo fui a verlo, porque me habí an contado que era tan inmenso que yo necesitaba verlo. Los obreros que estaban en el fondo me convidaron a bajar y yo bajé por un cordel. Desde abajo se veí a el cielo y habí a un olorcito rico a tierra mojada. Como a mí no me gusta estar ocioso, ayudé a los obreros a sacar tierra y piedras y yo me encargaba de llenar los tarros. Estaba tan entretenido que no me acordé de nada hasta que vi que el cielo se habí a puesto medio nublado y sentí un hambre terrible en el estó mago. En eso los obreros salieron del hoyo, se pusieron zapatos y ropa y allí yo con ellos.

Eran las seis de la tarde y yo estaba ahí desde la una y media.

Me fui derecho donde el Padre rector y le dije lo que me habí a pasado.

—Ya me habí an notificado su desaparició n. Hace media hora se dio cuenta de ella a sus padres.

—Es que no me habrá n buscado cuando no supieron que estaba en el pozo —reclamé.

—Aquí, jovencito, hay profesores y sacerdotes. No perros de caza ni tampoco detectives. Por lo demá s, el alumno que no quiere estudiar y huye de las clases no tiene por qué estar aquí. Al fin y al cabo, es por el bien de ustedes y no queremos a nadie a la fuerza.

—Padre rector, yo quiero estudiar y nunca me escapé de la clase.

—Eso podí a haberlo dicho ayer. Hoy no. Este colegio tiene un reglamento y ese reglamento se respeta. Siento decirle que está expulsado.

—Yo no quiero irme. Quiero que me castiguen, má s bien.

—¿ Por qué no quieres irte?

—Porque no.

—Hablaré con el Padre Carlos. Lo hago porque me ha gustado esta honradez tuya en venir a decirme lo sucedido. Segú n lo que é l piense de ti, te dejaré quedarte. Pero del castigo no te libras, amigo mí o.

El Padre rector es buen tipo y el Padre Carlos, regular. Aunque me perdonó de echarme, de todas maneras me dejó castigado por toda una semana en la clase, sin recreo de la tarde. Y tampoco me ofrecieron té.

Ahora tengo que escribir diez pá ginas con la misma tontera que dice: " Debo considerar que mi deber es lo primero. No debo meterme en lo que no me importa".

Si el Padre Carlos cree que el pozo es lo que no me importa está sumamente equivocado, porque me importa tanto que pienso todo el tiempo en é l. Y me acuerdo del Chato Espiñ eira que era el oficial y tan amigo mí o como nadie en el mundo. Y uno tiene que volver a ver a sus amigos porque si no no es amigo, y por la amistad hay que sacrificarse y yo me voy a sacrificar. Aunque me castiguen de nuevo.

He escrito 12 lí neas con la misma tontera y ya está oscureciendo y se va acabar el dí a y yo aquí pegado. Es tamañ a injusticia estar castigado cuando uno no tiene intenció n de ser malo.

Por eso escribo un poquito en mi diario para distraerme porque ya no veo má s que la cuestió n del deber hasta en los vidrios de la ventana.

Me gustarí a que el Padre Carlos fuera chico por un rato, para que se acuerde de lo que es esa edad.

Marzo 25

Se ha formado una brigada de scouts y yo me inscribí porque tengo unas ganas tremendas de conocer el mundo. Lo malo es que hay que tener $1. 000 para el equipo y no sé de dó nde sacarlos.

Estoy pensando y pensando de dó nde sacar los $1. 000 y por eso no escribo má s.

Se me ocurrió la idea de hacer tareas pagadas. Ya estoy tan acostumbrado a escribir la misma cosa y ademá s, como no puedo ir a recreo en las tardes, aprovecho. Cada tarea la cobro a diez pesos y los castigos a cincuenta pesos. Así he juntado ya trescientos pesos que me los deben entre varios. Por lo demá s, yo tampoco he hecho todo el trabajo, sino que una tarea y medio castigo de Achondo. En todo caso, si junto trabajo por $200 cada tarde, en los cinco dí as que me quedan sin recreo voy a tener mis $1. 000. No puedo escribir má s para no perder tiempo.

Abril 1

Hoy vino mi papá a vernos y Javier le mostró sus buenas notas y papá le regaló $1. 000 para su equipo de scout. Yo tení a notas bastante buenas, pero no me atreví a mostrá rselas y no me dio má s que $100. En todo caso, hoy me han pagado ya $80 de mis trabajos, pero me deben $90 má s.

Se me habí a acabado el castigo, pero resulta que me vinieron unas ganas tan tremendas de ver al Chato Espiñ eira que me escapé un rato al pozo, y me volvieron a castigar.

En realidad, me gusta estar castigado porque gano plata y tambié n porque el Chato Espiñ eira me prometió hacerme un par de ojotas si yo le consigo una llave de la bodega.

Abril 2

Me costó bastante conseguir esa llave. Resulta que como no pude conseguir la llave de la bodega, me pesqué la de la Capilla que se habí a quedado puesta y despué s tuve que ir al pozo a la hora del almuerzo y llegué un poco tarde a almorzar y tuve que ir a otra parte para decir la verdad y jurar que habí a estado en esa parte.

La cuestió n es que ya me deben $120, pero no puedo escribir má s en el diario porque tengo que trabajar.

Abril 3

Ahora me deben en total $350 porque le presté al Chato Espiñ eira los $100 que me dio mi papá y los $80 que me pagaron. Ya só lo me faltan $650 para tener mis mil.

Anoche se entraron a robar a la Capilla y se llevaron unos candelabros de plata y dos floreros y una lá mpara que valí a diez mil pesos.

Se ha armado un boche tremendo en el colegio con esta cuestió n del robo y han venido unos agentes que se paseaban por todas partes.

Me estoy aburriendo de que nadie me pague, así es que a la salida de clase, esperé a Gó mez y le pedí mis $90.

Se picó y me dijo que yo era un mal amigo porque cobraba los favores. Yo le dije que no eran favores sino trabajos y é l soltó la risa.

—Para que veas que ninguno piensa en pagarte —me dijo, y me vino una rabia a la cabeza que le pegué una bofetada y le salió sangre de las narices.

El Padre Carlos me vio y me arrestó. Me preguntó por qué le habí a pegado, pero yo no le dije má s que porque tení a rabia. Entonces Gó mez, cuando se le paró la sangre, me vino a decir que yo era un " gran tipo". A mí se me infló el pecho y Gó mez me dijo que en cuanto pudiera me iba a pagar y que iba a obligar a que todos me pagaran.

Ahora somos tan amigos que los dos nos contamos los secretos y Gó mez es má s amigo mí o que de nadie, y eso que es el primero de la clase y todos lo siguen y yo no tengo necesidad.

Yo estoy muy contento de ganarme la vida solo y no como Javier que pide plata para las cosas de é l.

A ratos me dan ganas de no cobrarle la deuda al Chato Espiñ eira que es tan pobre, pero a ratos me da lá stima yo mismo que trabajo a horas extras, y se la cobro. É l me ha prometido pagarme el sá bado, que es mañ ana.

A ratos me dan ganas de hacer un gran invento y casi me viene la idea, pero resulta que no tengo tiempo. En todo caso, debe ser estupendo para los padres de uno tener un hijo genial.

Abril 4

Hoy fui al pozo a ver al Chato y no habí a nadie. Pero, buscando rastros, me encontré con un paquete y lo desenvolví y eran mis ojotas. Y dentro habí a una carta para mí del Chato. La letra es pé sima y las palabras todas como cortadas y decí a así: " A quí le de jo lo pro me ti do y lo que le de bo se lo si go de bien do por que ya no tra ba ja re má s a quí. Espiñ eira", y lo peor es que adentro de la ojota estaba la llave de la Capilla. Yo fui a ponerla en su lugar, pero ahora no le hace porque le cambiaron la cerradura.

Gó mez sigue siendo muy amigo mí o y me ha pagado ya veinte pesos, pero ahora no quiere ayudarme a cobrarle a los demá s, sino que me dice que cobre anticipado y así estoy má s seguro. Ya escribo tan ligero como una má quina y, sobre todo, ahora me encanta escribir todo el tiempo la misma cosa y me cuesta mucho hacer el diario porque cada palabra es distinta.

Abril 5

Hoy salió Gó mez al dentista con su mamá y me trajo de regalo cinco petardos. Hicimos los dos una bomba y la pusimos misteriosamente en el dormitorio debajo de la cama de Pé rez que es tan amujerado y, cuando todos estaban dormidos, le prendimos la mecha y estalló. El pobre Pé rez se cayó de la cama, yo creo que del susto, y llegó el Padre Carlos y nos preguntó a todos quié n fue. Y nadie dijo nada, así es que quedamos todos arrestados, menos Pé rez. Peor para é l porque tiene que quedarse solo.

Es muy bueno tener las muelas picadas porque así uno tiene que ir al dentista con la mamá. Y para picarme las muelas, me las escarbo con un alfiler y me pongo ahí cosas picantes, como ají, por ejemplo.

En cuanto se me pique, voy donde el Padre a decirle que tengo que ir al dentista.

Ahora estamos amaestrando pulgas con Gó mez. En la casucha del perro pillamos ocho pulgas y las guardamos en una cajita de fó sforos, y en el patio las amaestramos una por una. Sobre todo, que mientras amaestramos una se escapan las otras y tambié n nos pican bastante. Pero la Victoria que es la amaestré y ya sabe hacer lo que le estamos enseñ ando. Le damos comidita de carne y está bien gordita.

Resulta que mis notas del mes estaban tan pé simas que perdí mi libreta en el pozo y ahora tengo que esperar otro mes para comprar una.

 

Abril 7

Estoy enfermo y me tienen en la enfermerí a con rubiola. Es una peste igual que las picadas de pulga, pero vino un doctor con cara de campeoncito y dijo que era esta peste. Me llama " mi amigo" y me pregunta si me gustan los soldados pero yo no le contesto porque me gustan regular.

Me dan limonada y me prestan los á lbumes de fotos que son todos iguales. El Padre rector me vino a ver y me contó un milagro. El enfermero es tan turno que se le cruzan los ojos y es todo hecho como de goma de borrar y a cada rato uno cree que se va a borrar. Da una rabia oí r jugar a los demá s allá en el patio...    

En el techo de la enfermerí a hay una arañ ita y una grieta que parece un rí o de mapa.

Me contó el enfermero que en esta misma cama se han muerto tres chiquillos: uno de peritonitis, otro de meningitis y otro de otra cosa en itis.

Gó mez me mandó la Victoria en su cajita y me entretengo tanto con ella, porque a cada rato se escapa y se me pierde y cuesta encontrarla.

Dicen que mi peste es una epidemia y que va a caer todo el colegio.

Uno es bastante importante de traer una epidemia al colegio.

Dicen que hoy empieza la Semana Santa y hay que hacer sacrificios. ¡ Qué má s sacrificios que no poder bañ arse en el mar ni ir al cine! Ademá s, yo hago el sacrificio de reventarme con un alfiler todas las picaditas de la peste.

Abril 9

Aunque ya me mejoré de la rubiola, ahora hay 27 enfermos de mi clase y somos só lo tres los sanos, porque los otros cinco salieron por Semana Santa. La enfermerí a ahora es en el dormitorio y el dormitorio en la enfermerí a.

Hoy es Mié rcoles Santo y en la tarde me vendrá n a buscar y no vuelvo hasta el martes. Iribarra dice que se va a ir a la cordillera con su traje de scout. Yo creo que es aburrida la nieve porque hace un frí o caballuno. Me cargan los scouts y todo su equipo que cuesta mil pesos. Mientras ellos esté n helá ndose en la cordillera yo con Javier vamos a subir ochenta veces en el ascensor. No hay nada má s regio que el departamento nuevo en que vivimos y que tiene una terraza tremenda de alta y en cada piso hay seis familias y uno puede hacerse amigo de un chiquillo nuevo cada dí a. Y se pueden tirar cosas a la calle y se demoran mucho rato en caer y nadie puede saber de qué piso cayeron. Por lo demá s, es Semana Santa y no debe divertirse nadie, sino que meditar.

Abril 12

Por fin es Sá bado de Gloria y se puede hacer lo que se quiere. Ayer sucedieron tres cosas:

1° Al caballero del departamento de al lado le dio un ataque y dicen que se puso todo azul. No me lo puedo figurar muy azul, pero la cuestió n es que vino la ambulancia y se llenó el edificio de gente y a cada rato tocaban el timbre aquí, por equivocació n.

2° A la empleada nueva le salió un litro entero de sangre de narices y le pusieron una llave en la cabeza.

3° Se quemaron los tapones del edificio y quedamos todos a oscuras y los dos con Javier aprovechamos para ser invisibles por todo el edificio. Como no habí a ascensor, era mucho má s choro, porque en la escalera nos topá bamos con viejas que resoplaban de cansadas, con empleadas rabiosas, con muchachos atlé ticos que subí an silbando de a cuatro escalones y chocaban con nosotros y casi se mataban, y con cocineras que llevaban la comida a calentar a otra casa que tuviera cocina a gas, etc. A una le desparramamos la sopa y otra se resbaló en el desparramo y rompió la bandeja. Y a lo mejor, el caballero azul ya ni estaba azul, porque no podí an verlo.

Abril 13

La señ ora que vive en el 7° me quiere mucho, porque dice que soy igual a un hijo de ella que se murió hace treinta añ os. Cada vez que me ve, me da pastillas y me convida a su casa y me habla de su hijo que era muy inteligente. El hijo en el retrato tiene cara de tonto y un cuello de mujer. Ella me mostró sus juguetes, pero serí a mejor que me los hubiera dado. Ella es viuda y era su ú nico hijo y dice que yo soy su primera alegrí a despué s de treinta añ os. Me gusta mucho ser la alegrí a de alguien, aunque sea de esta señ ora que tiene un poco de bigote. De todas maneras, me prometió llevarme al cine esta tarde, si me dan permiso. Y tambié n si le dan permiso, va a ir a verme al colegio, porque dice que conmigo cree que está vivo el tal Miguelito. De todas maneras, cuando pienso que Miguelito deberí a tener treinta y nueve añ os, me dan ganas de pegarle al retrato.

Abril 14

Ayer fui al cine con la mamá Adela, como ella me hace llamarla, y vimos una pelí cula estupenda. Soñ é toda la noche con los piratas y ahora sí que sé que é sa es mi vocació n. Voy a ser pirata en los Mares del Norte. La señ ora é sta me prometió llevarme un buque al colegio el domingo. Tengo tantas ganas que ya sea domingo, pero no es má s que lunes y mañ ana entramos de nuevo al internado.

En el tercer piso de este edificio hay un niñ ito extranjero, de cuatro añ os. En su casa no hay empleada y, como su papá y mamá trabajan, lo dejan solo, encerrado con llave. Pero Rudi es tan diablo que me pasa otras llaves por debajo de la puerta y yo abro y entro y jugamos a tantas cosas y comemos tantos kuchen, que lo pasamos estupendo sin hablar. Rudi se rí e todo el tiempo y abre todos los cajones y registramos todo y nos vestimos de piratas y hacemos piraterí as. A la hora del almuerzo, yo lo dejo otra vez con llave y le paso la llave por debajo de la puerta y nadie sabe que he estado ahí.

Resulta que en el piso de abajo hay un hipnotizador con el pelo tan crespo como la Domitila. Y hace dormir a la gente y conseguí que me hipnotizara a mí. Yo ni me di cuenta, pero é l dice que hice todo lo que é l querí a y que le hablé en griego.

Entonces yo hipnoticé al Rudi, pero tuve que mostrarle lo que debí a hacer, porque é l no sabe hipnotizarse. De todas maneras, me regaló su armó nica y nos comimos un tarro entero de mermelada. Rudi quedó feliz. Es muy rico hacer feliz a otros.

En la noche habí a visitas a comer y se me cayó el diente suelto y tuve que tragá rmelo para que no lo notaran.

Abril 15

Ya estamos de nuevo en el colegio. Cada vez que me hacen escribir en el pizarró n, se me ponen los pelos de punta y no sé có mo se me destemplan los dientes cuando casi no tengo ninguno. Tambié n se me muerde la lengua y me carga.

Cifuentes me dijo que su hermana Rosa querí a pololear conmigo, pero yo le contesté que a mí no me gustaban las mujeres, porque son muy cobardes. De todas maneras, cuando vengan las visitas el domingo, me voy a fijar si es fea o bonita. Cifuentes dice que a todos les pasa lo mismo al principio y despué s resulta que es lo má s entretenido pololear. Yo creo que cuando Cifuentes sepa que voy a ser pirata no va a tener ganas que me case con su hermana. Tambié n me dijo Cifuentes que Cariola se reí a de mí. Cifuentes es muy chismoso; pero si no fuera por los chismosos uno ni sabrí a lo que dicen de uno.

Por fin esta mañ ana me resultó el salto y no voy a parar de saltar hasta que haga un salto completamente mortal.

Javier ya no se mete conmigo, porque dice que no soy su tipo y no le gusto. Dice Cifuentes que Javier tiene una polola estupenda y que le escribe cartas. Pero yo no lo creo, porque Javier es muy hombre.

Ahora no me puedo dormir de puro hambriento, porque a la comida tocó pescado, y me revienta, así es que se lo di a Gó mez. Cada vez que hay pescado, me acuerdo de mi criadero y no puedo comerlo. Y cuando uno tiene tanta hambre, no se puede dormir. ¡ Qué dirí a mi mamá si supiera que su hijo no se puede dormir de hambre!

Voy a tratar de dormir otra vez.

Hací a mucho tiempo que no veí a fantasmas, pero ahora acabo de ver uno. No puedo contarlo, porque los chiquillos só lo creen en lo que ellos ven y ademá s los fantasmas no se le aparecen a todo el mundo sino a los que creen en ellos. Este fantasma no me dio terror: era un fantasma de confianza. Se acercó a mí y me dijo al oí do: " Papelucho, tú será s famoso algú n dí a", y se desvaneció. Entonces yo le recé tres Padrenuestros por su á nima y le pedí que volviera mañ ana a las doce del dí a, porque la noche es para dormir.

Abril 17

Otra vez salté bien ayer y hoy mucho mejor. Tengo verdadera vocació n para campeó n mundial de saltos mortales yesto es una gran cosa para un pirata.

Javier no creí a que yo saltaba tan bien, pero me estuvo mirando y é l trató de saltar y no le resultó. Dice que tiene un calambre en la pierna, pero yo que lo conozco, sé que es para disimular.

Abril 18

Hoy tengo ganas de morirme y el Hermano relojero dice que " querer es poder", así es que a lo mejor me muero.

No me resultó ningú n salto esta mañ ana y lo peor es que cuando uno se cae ni siquiera se mata y queda tan machucado que no puede seguir saltando.

No quiero querer morirme todaví a por si despué s me resulta ganar la copa en el concurso, pero si no me resulta, no me interesa vivir. Ayer me llamaban todos " El á guila" y hoy me llaman " El sapo".

Abril 19

Yo no soy vanidoso, pero sé que hago las cosas bastante perfectas porque Cif me dijo que el Padre Carlos se lo dijo a Pé rez.

Me saqué el primer puesto en la clase esta semana y otra vez salté estupendo. Es bueno ser perfecto y no ser vanidoso, como yo que desprecio la perfecció n. Regalé todas mis cosas porque las desprecio y me siento feliz regalando. Cif me pidió mi chomba y mi pelota y se las di. Despué s vinieron muchos a pedirme cosas y las di todas. Y no me creo perfecto pero Cif dice que los Padres lo repiten todo el dí a.

Tengo ganas de cantar al aire libre y creo que si hoy me pudiera bañ ar en el mar, sabrí a nadar.

Domingo 20 de abril

Hoy tocó visita y Cif me presentó a su hermana Rosa que es rubia y tiene dos trenzas tan largas que parecen cordeles de columpio. Tambié n tiene muchas pecas y ojos chiquitos y le falta un diente. Ella me dio lo mismo, es decir, no me gustó ni me disgustó, pero como Cif tiene tanto interé s en que le haga caso, yo quedé de contestarle mañ ana.

Vinieron a vernos la mamá y el papá y nos trajeron ropa limpia y caramelos y yo les dije que se me estaba picando la muela y que tení a que ir al dentista, pero dijo mi mamá que me la vieran los Padres.

Tambié n vino la mamá Adela y me trajo un buquecito tan chico que no sirve para nada. De todas maneras, me prometió otro má s grande para despué s.

La hermana de Gó mez es colosal. Tiene unos ojos negros bien picantes y, cuando se rí e, se le abolla la cara y da como cosquillas. Pero yo no pienso en pololearla porque la pololean casi todos. Y tambié n, no porque uno cumple nueve añ os tiene que buscar polola.

Ahora está lloviendo, y mientras escribo gotean las cañ erí as y gotea el dormitorio en un balde. Yo no creo en la cuestió n de que las lluvias son nubes derretidas. Yo creo que son estornudos de otros planetas.



  

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