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Asalto a la nación: así influyó la red europea de Soros en Cataluña (Parte I)



Asalto a la nación: así influyó la red europea de Soros en Cataluña (Parte I)

Andréi Kononov[1]

 

Resumen: El partido europeísta radical DiEM 25, dirigido por figuras tan carismáticas como Yanis Varoufakis o Julian Assange, promueve la idea supuestamente progresista de una Europa federal donde países como España no tendrían cabida, cediendo su puesto a regiones autónomas como Cataluña. No obstante, esta investigación demuestra que detrás de semejante planteamiento se hallan factores que nada tienen que ver con los valores de la izquierda y sí con los oscuros intereses del capitalismo financiero global. Analizando el pasado y el presente del nutrido grupo conformado por los valedores de esta formación (que abarca un amplio espectro compuesto por políticos, activistas, abogados, filósofos o incluso conocidos actores de cine), este trabajo desenmascara a DiEM 25 y ofrece una explicación plausible de su apoyo explícito al separatismo catalán, al mismo tiempo que demuestra con todo lujo de detalles sus vínculos con el magnate y especulador George Soros.

 

Palabras clave: Soros, Unión Europea, geopolítica, Imperialismo, Cataluña

 

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  1. Introducción

Cuando en septiembre de 2017 el periodista García-Ferreras preguntó a Gabriel Rufián cuáles eran las “entidades supranacionales” que criticaban la actitud de España ante el proceso separatista que estaba en marcha en Cataluña, el líder de Esquerra Republicana respondió con ese aire de ufana indolencia que lo caracteriza: «Assange y Varoufakis, por ejemplo» (The Haffington Post, 2017).

Si bien resulta grotesco equiparar la opinión de ambos personajes con la de cualquier organización oficial como la ONU, el Banco Mundial o el FMI, no es menos cierto que tanto el exministro de finanzas griego como el fundador de Wikileaks fueron, y en la actualidad siguen siendo, dos figuras extremadamente influyentes a nivel internacional. Y tampoco es baladí el hecho de que, sin el apoyo expreso de ambos personajes al proceso de independencia de Cataluña, este movimiento social y político nunca habría llegado a gozar del apoyo y la promoción que obtuvo de amplios sectores vinculados al espectro ideológico de la izquierda, sobre todo en los días anteriores y posteriores al 1-O.

Sin embargo, como veremos en esta investigación, Varoufakis y Assange sólo son la punta del iceberg de una bien intrincada red internacional compuesta por personajes del más variado pelaje (desde conocidos filósofos, pasando por editores de importantes medios de comunicación, prestigiosos abogados, políticos y hasta algún que otra celebridad proveniente del mundo del cine), quienes unen sus esfuerzos en favor de causas como las del paneuropeísmo, el ecologismo o el derecho a la independencia de Cataluña, y que suelen tener en común una relación más que directa con los fondos del conocido multimillonario y especulador George Soros.

 

  1. El laberinto del minotauro Varoufakis

Qué duda cabe que el economista griego Yanis Varoufakis se ha destacado en los últimos años por una acérrima y explícita defensa del “derecho a decidir” de Cataluña. Así lo expresó, sin pelos en la lengua, en una entrevista realizada en 2017 (Varoufakis, 2017):

“El pueblo de Cataluña tiene el derecho, y el deber histórico para con ellos mismos, de elegir lo que Cataluña quiere ser, y cómo desean ser integrados tanto en España como en la Unión Europea. El pueblo de Cataluña merece el derecho a iniciar un proceso que les ayude a determinar su futuro y sus acuerdos constitucionales.”

Y es que Varoufakis nunca ha titubeado a la hora de mostrarse a favor de la causa separatista. Por ejemplo, cuando apostó por un “referéndum de independencia” en Cataluña en su visita a Madrid (Cordero, 2019), cuando habló de “presos políticos” para referirse a los líderes separatistas encarcelados (Altamira, 2017), o cuando acusó a Madrid de “querer aplastar” la voluntad del pueblo catalán (Urabayen, 2017)... La hemeroteca es extraordinariamente prolífica en este sentido.

Lo más sorprendente es que todas las veces que se le ha preguntado por semejante apoyo, Varoufakis siempre ha respondido lo mismo: que él es ante todo europeísta, y que por tanto, rechaza cualquier clase de nacionalismo. Su razonamiento es, literalmente, que «si tuviéramos una UE apropiada, no importaría que Cataluña se independizase (elplural.com, 2017).»

Así lo expresó el propio exministro griego en una editorial que escribió para fijar la posición de DiEM 25, el partido paneuropeo que lidera junto a Julian Assange, sobre el proceso separatista catalán [7]:

“No estoy tomando partido sobre si Cataluña debe ser independiente o no [...] Lo que nosotros estamos promoviendo en DiEM 25 resolvería el problema. Queremos una verdadera Unión Europea que se convierta en una sola jurisdicción, un país si quieres llamarlo así. En ese escenario, ¡qué más da si Cataluña es parte de España!”.

Sin embargo, la biografía de esta icónica figura para la izquierda contemporánea está repleta de lagunas, puntos oscuros sin aclarar y sospechosas contradicciones. Un ejemplo de ello fue cuando Varoufakis admitió en una entrevista fechada en 2018 que aquel ejecutivo griego del que él había formado parte como ministro de finanzas se hallaba en mano del especulador George Soros. Es más, Yanis llegó a revelar que fue precisamente este magnate quien exigió su despido fulminante (Digital Sevilla, 2018):

“Varoufakis ha detallado en una entrevista con la empresa privada Skai TV que George Soros telefoneó a Alexis Tsipras en julio de 2015 y exigió que lo despidieran. Según el ex ministro ese es el único “contacto” que ha tenido con Soros en su vida. Según cuenta Varoufakis, un especulador multimillonario habría llegado a tener tanto poder que podía derribar ministros y manipular gobiernos a su antojo.

Varoufakis atacó a su vez al ministro de Defensa Panos Kammenos, quien recientemente afirmó que Soros había financiado el Acuerdo de Prespes, y quien al parecer también habría atacado a Varoufakis.

"Kammenos dijo sobre mí que yo era un empleado de Soros", dijo el ex ministro de finanzas.

El ex ministro subrayó que Kammenos es un populista de extrema derecha como Orban o Salvini. “Cuando quieren manchar la reputación y el honor de alguien, todos estos neofascistas usan el nombre de Soros" añadió.

Esta actitud es reflejo de antisemitismo porque "Soros es de origen judío", dijo el ex ministro.

Al describir a Soros como una figura "controvertida", Varoufakis dijo que el multimillonario "hizo algunas cosas buenas, pero también algunas extrañas".

Tras la entrevista, Varoufakis tuiteó que relató el incidente con Soros en su libro "Adultos en la habitación".”

Llegados hasta este punto, resulta muy reveladora la calculada y sospechosa ambigüedad que aflora en el discurso de Varoufakis cuando habla sobre Soros: por una parte, sostiene que en ningún caso aprueba su actividad como especulador, pero por la otra admite que este magnate “hizo algunas cosas buenas”. Además, lejos de cargar contra las innumerables tropelías de Soros y sumarse a sus detractores (algo que es aún más obligado para todo el que se sienta identificado con la izquierda radical), Varoufakis no duda en oponerse a ellos, afirmando que quienes lo atacan suelen ser “de extrema derecha”, y que la animadversión que suscita en ellos es producto de su “antisemitismo”. Es decir, al mismo tiempo que este economista afirma rechazar la actividad de Soros, sus argumentos parecen indican que más bien lo está defendiendo de sus enemigos.

No es menos reseñable, empero, que Varoufakis deje constancia en esa misma entrevista que tras aquel incidente no ha vuelto a tener la menor relación con Soros... Y es que multitud de hechos que se han producido de un tiempo a esta parte sugieren justamente todo lo contrario. Esto se aprecia claramente en la activa y variada colaboración que el exministro heleno mantiene a día de hoy con multitud de medios, instituciones y think tanks directamente controlados por Soros. El caso más obvio es quizá el de su activa participación como editor en la web Open Democracy [9], un medio pretendidamente “progresista” del Reino Unido que entre sus financiadores más prominentes figura una lista repleta de fundaciones globalistas como la Open Society de George Soros, la Fundación Ford o la Rockefeller Brothers Fund [10].

También podemos mencionar la colaboración de Varoufakis con el Institute for New Economic Thinking (INET) [11], cuyo fundador (y actual miembro destacado de su plantilla) es nada menos que el inefable George Soros [12].

Otro de los tanques de ideas de ámbito progresista en el que Varoufakis suele colaborar es Krytyka Polityczna, una plataforma polaco-ucraniana donde el exministro griego expone sus ideas paneuropeas. Es justamente en su web donde Yanis expresó la siguiente reflexión sobre Cataluña y el futuro de Europa (Varoufakis,2017):

“En lugar de obstaculizar la gobernanza democrática local y regional, la UE debería fomentarla. Los tratados de la UE podrían modificarse para consagrar el derecho de los gobiernos regionales y ayuntamientos, como los de Cataluña y Barcelona, ​​a la autonomía fiscal e incluso a su propio dinero fiscal".

Por supuesto, este hecho sería anecdótico si no fuera porque entre los socios y financiadores de Krytyka Polityczna se halla, de nuevo, la Open Society de George Soros (Varoufakis 2017).

Pero si hay un medio con el que Varoufakis colabora de forma asidua es con Project Syndicate, donde se ha convertido con el tiempo en uno de los columnistas más activos y destacados [15]. En dicha tribuna, el presunto economista de “izquierda radical” ha descrito con pelos y señales que la Europa a la que él aspira debe aprovechar la crisis en Cataluña para cambiar el actual estatus de los Estados-nación, sustituyendo este modelo por otro en el que las ciudades y las regiones serían los actores principales:

“La crisis de Cataluña es un fuerte indicio de la historia de que Europa necesita desarrollar un nuevo tipo de soberanía, que fortalezca las ciudades y regiones, disuelva el particularismo nacional y defienda las normas democráticas.

Imaginar una democracia paneuropea es el requisito previo para imaginar una Europa que valga la pena salvar [16].”

De nuevo, un rápido vistazo al apartado de financiación disponible en la web de Project Syndicate es suficiente para constatar que dicha plataforma «ha recibido el apoyo de la Open Society Foundations, así como de otras entidades similares como la Bill & Melinda Gates Foundation» [17].

Por todo ello, resulta curioso que Varoufakis sostenga aún a día de hoy que su relación con Soros fue puntual y anecdótica, cuando toda su actividad política y mediática indica que sigue estando muy vinculada al magnate de origen húngaro.

 

  1. La "República Europea" de Marsili, Guérot y... ¿George Soros?

Como ya hemos explicado anteriormente, se suele admitir que Varoufakis es el fundador y principal dirigente del partido paneuropeo DiEM25. No obstante, esas mismas fuentes señalan que fue el croata Sracko Horvat, un pensador de la escuela del muy influyente filósofo Slavoj Zizek (del cual hablaremos posteriormente), el cofundador de dicha formación. Ahora bien, tampoco parece atribuible a la casualidad que el propio Horvat haya apoyado en diversas ocasiones la causa de la independencia de Cataluña desde su cuenta de Twitter [18].

Una mirada más atenta a la actividad reciente de Horvat revela que en 2017 participó en una conferencia en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB), que bajo el título de Guerra y Utopía contó con la colaboración del diario catalán filoseparatista Ara y con la financiación de la Open Society Foundations [19]. Además, no hace mucho que este intelectual croata participó en la Beca Cosecha Anfibia, donde la revista argentina Anfibia convoca cada año a «directores, editores y periodistas líderes de América Latina». Casualmente, en su web se deja constancia de que dicha beca cuenta con una cuantiosa financiación por parte de la Open Society (Vizzon, 2020).

Pero lo que resulta más sorprendente es que en 2016, el propio Horvat desveló en un artículo de su propia cosecha que existía una tercera persona, además de él y Varoufakis, que había jugado un papel clave para la puesta en marcha del proyecto paneuropeo que ambos lideraban, mencionando al italiano Lorenzo Mrevistaanfibia.com/cronica/dilema-la-filosofia-tech-pensar-mundo-mejor-explotar-al-humano-nunca/arsili como «cofundador de Alternativas Europeas y uno de los iniciadores de DiEM 25» (Horvat, 2016). De forma análoga, tanto en una entrevista para el diario italiano La Stampa (Fioravanti, 2018) como en su perfil como colaborador de Al-Jazeera, Lorenzo Marsili es descrito como «fundador de DiEM 25» [23]:

“Lorenzo Marsili es escritor, activista político y fundador de la ONG internacional European Alternatives. Es copresidente de la European Media Initiative, una campaña internacional que exige una mejor protección de la libertad de los medios de comunicación a nivel europeo.

Junto con Yanis Varoufakis, es uno de los iniciadores de DiEM 25. Su último libro se llama 'Ciudadanos de ninguna parte: cómo salvar a Europa de sí misma'.”

El dato que tanto Horvat como Al-Jazeera brindan sobre Marsili es muy importante, ya que no sólo ambos confirman la decisiva implicación de este italiano en la creación de DiEM 25, sino que previamente nos indican que fue fundador de European Alternatives, una ONG que recibe la mayor parte de su financiación de manos de la Open Society Foundations de George Soros [24].

¿Acaso es la conexión demasiado obvia que Lorenzo Marsili mantiene con Soros (al ser el fundador y principal dirigente de una organización europea cuya financiación procede directamente de la Open Society) lo que explica que haya preferido que su protagonismo pase a un segundo plano, a pesar de que su participación en la gestación de DiEM25 fue más que notoria?

Buceando por la web de European Alternatives, observamos el no menos llamativo hecho de que la intelectual franco-alemana Ulrike Guérot es parte integrante de su consejo asesor [25]. Por otra parte, la web de Open Democracy, donde colabora la señora Guérot, nos muestra que su currículum profesional es de lo más interesante [26]:

“Ulrike Guérot es Asociada Senior para Alemania en la Iniciativa de Sociedad Abierta para Europa (OSIFE). Anteriormente, trabajó como jefa de la oficina de Berlín del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR), jefa de la unidad de la Unión Europea en el Consejo Alemán de Relaciones Exteriores (DGAP) y como investigadora transatlántica senior del German Marshall Fund (GMF). Ella bloguea para el ECFR aquí.”

Curioso que en dicha web se mencione la participación de Guérot en el ECFR [27], ya que se trata de una institución financiada tanto por la Open Society de Soros como por las principales empresas del IBEX35 español [28].

Hace unos meses, Lorenzo Marsili y Ulrike Guérot publicaron un artículo conjunto desde el que alertaban del peligro de decadencia del proyecto europeo y llamaban en su lugar a construir una suerte de “república europea” (Marsili y Guérot, 2020):

“El colapso de la Unión Europea se ha venido anunciando durante los últimos años. Pero no hace falta que Europa colapse para morir.

Europa muere cada vez que se encoge de hombros frente a la política de 'los Estados-nación primero'. Su desintegración no es un acontecimiento repentino, sino un proceso caracterizado por el menoscabo de sus vínculos, la merma de su confianza y la renacionalización de la política. El fin de Europa podría sobrevenir, no con un estallido, sino con un gemido.”

Y añaden más adelante:

“Necesitamos un programa de transformación ecológica y económica. No podemos dejar que se ahoguen en la deuda a algunos países de una Unión Europea Europa secuestrada por usureros mientras el medioambiente colapsa. Al igual que el New Deal Rooseveltiano permitió la creación de instituciones federales modernas en Estados Unidos, un New Green Deal europeo que contase con importantes recursos federales abordaría de inmediato la crisis provocada por el coronavirus, sustituiría nuestro modelo de producción tóxico y crearía las instituciones necesarias para una verdadera unión económica.”

FOTO 2: Lorenzo Marsili (izquierda) y Ulrike Guérot (derecha)

Ahora bien, ¿qué clase de “República Europea” es la que persiguen estos intelectuales? La respuesta la tenemos en la inmensa cantidad de artículos que la señora Guérot ha publicado en diversos medios (Guérot, 2017), desde donde llama a construir dicho proyecto paneuropeo bajo la premisa de que han de ser las regiones las que lleven la batuta en detrimento de los actuales Estados nacionales:

“En la república no se trata de que la gente abandone su patria o su identidad sino de preguntarse: ¿La nación es realmente la patria o más bien el Súd Tirol, tu bosque, tu cocina, el traje regional? Robert Menasse afirma: la patria es la región, la nación es una ficción. Las naciones son relatos construidos. Las naciones estuvieron muy bien durante doscientos, trescientos años, nos ayudaron a construir la vida en comunidad. Pero ya no son adecuadas para el futuro. Si hiciéramos una república europea compuesta de regiones autóctonas, Bohemia,

Mähren, Cataluña, Escocia, Tirol, Baviera, Saarland, Sajonia etc., podríamos poner en pie un sistema parecido al norteamericano. Cada región envía dos senadores al senado, las regiones se verían representadas.

Los valones tendrían voz sin que hubiera un veto.

Habría representatividad desde Laponia al Algarve, que funcionaría con una condición: una persona un voto. Todos iguales ante la ley.

Habría elecciones trasnacionales en las que lo político estaría por delante de lo nacional.”

En su artículo La República europea como federación de regiones (Guérot, 2017), Guérot nos explica cómo las aspiraciones independentistas que tienen lugar en Cataluña pueden favorecer y acelerar este proyecto europeísta radical:

“"Las regiones son el hogar, las naciones son una ficción", escribe el escritor austriaco Robert Menasse. Lo nacional suele ser solo una narrativa; lo regional es una lengua, una cocina, una cultura. Si se promovieran las regiones en el sistema político de una república europea, esta "unidad en la diversidad" se lograría sin crear una identidad europea opresiva y artificial, y sin tener que huir a la esfera nacional.

Desde esta perspectiva, las aspiraciones catalanas pueden convertirse en un avance hacia una Europa totalmente diferente. Si así fuera, si fuera posible ahora, ante la crisis de España en la UE, habría que tener el coraje para repensar Europa. O dicho de otro modo, acercar Europa a lo que debería ser en el espíritu de los Padres Fundadores: no una integración de los estados-nación, sino una unidad de los pueblos más allá de las naciones.”

En algunos vídeos disponibles en Internet incluso podemos ver a la propia Ulrike Guérot explicando su proyecto paneuropeo con pelos y señales, siempre con el logotipo del sorosiano think tank ECFR de fondo (Guérot, 2018). 

FOTO 3:Ulrike Guérot explica su proyecto de República Europea en la sede del ECFR

La pregunta parece aquí demasiado obvia como para no plantearla: ¿Qué hay detrás de Yanis Varoufakis y de su partido DiEM 25? ¿Qué relación hay entre su persistente fijación por apoyar la independencia de Cataluña y los numerosos vínculos que relacionan a él y sus colaboradores con el magnate George Soros? No se lo pierdan, porque esta investigación no ha hecho más que empezar y aún tiene que ofrecer sus resultados más sorprendentes.

 

  1. Julian Assange, ¿un agente doble a sueldo del globalismo?

Cuando el partido DiEM 25 fue lanzado de forma oficial, muchos medios destacaron que, junto a la presencia del siempre polémico Yanis Varoufakis, esta recién creada formación había logrado el fichaje de otro personaje de gran relevancia: nada menos que el periodista y activista Julian Assange, conocido por ser el fundador del portal de filtraciones Wikileaks. De esta manera, Julian pasó a ser un miembro destacado del Comité Asesor de DiEM 25, tal y como relató la web de este partido [33]. No obstante, cuando se produjo el arresto de Assange en marzo de 2019, la misma web de DiEM 25 también se refirió a él como “fundador” de este movimiento, por lo que su vinculación podría ser aún más estrecha [34].

Sea como fuere, el hecho cierto es que Assange y Varoufakis se hallan unidos por una larga amistad, a la cual hay que sumar la presencia del excéntrico filósofo Slavoj Zizek (otro destacado miembro de DiEM 25, como veremos más adelante), formando así una especie de “triunvirato antisistema” de lo más peculiar. No son pocos quienes sitúan el evento de 2015 titulado Europa ha muerto. ¡Larga vida a Europa!, donde se dieron cita Varoufakis, Assange y Zizek para discutir sobre el futuro de Europa, como uno de los catalizadores que alumbraron la idea que finalmente inspiró la creación de DiEM 25 (Zizek, Varoufakis y Assange, 2015). Lo extraño del asunto es que aquel lema europeísta fue exactamente el mismo que utilizaría un año después Ulrike Guérot para su documental sobre Europa, donde exponía con todo lujo de detalles su plan eurorregionalista para el continente (Guérot, 2017).

Sea casualidad o no, lo que sí quedó bien contrastada fue la incesante y descarada actividad que Julian Assange exhibió en su acérrima defensa de la independencia de Cataluña, la cual alcanzó su punto álgido a partir de 2017. Y es que el periodista y activista australiano llegó a publicar un tuit cada trece minutos a favor de la causa separatista (Pardo, 2019), una actividad que supuso todo un espaldarazo a las pretensiones de los nacionalistas catalanes, quienes vieron en Julian a un importante aliado de cara a su objetivo de internacionalizar el Procés (Segura, 2017). Tan es así que hasta Oriol Soler, un estrecho colaborador de Puigdemont, se reunió con Assange cuando éste aún seguía refugiado en la embajada de Ecuador en Londres (el Periódico, 2017).

Pero, ¿qué se esconde detrás de este apoyo a la independencia de Cataluña? ¿Es Assange un agente de Rusia para desestabilizar Europa a través de España? ¿O quizás estamos ante un simple idealista romántico que cree estar respaldando una causa justa y revolucionaria?

En este punto, debemos tener en consideración la reciente decisión del juez que ordenó la detención de Oriol Soler y de otros líderes separatistas, aduciendo que se hallaban en contacto con Julian Assange y Wikileaks como parte de una supuesta "trama rusa" o estrategia dirigida por el Kremlin para fragmentar y debilitar a la Unión Europea (Europa Press, 2020). Sin embargo, como vamos a comprobar a continuación (y tal y como ya hemos visto en el caso de Varoufakis), tanto la biografía de este controvertido personaje como los orígenes de Wikileaks están sobrados de puntos oscuros e inquietantes conexiones. Y es que a pesar de que numerosos medios occidentales han vinculado a Assange con la política exterior del gobierno ruso, existen multitud de evidencias que indican que estamos ante un doble agente que en realidad trabajaría para los intereses angloamericanos vinculados al capitalismo financiero internacional.

En primer lugar, en la propia web de Wikileaks se informa que esta plataforma ha recibido galardones de la prensa corporativa mundialista como The Economist o Time, y también de parte de ONGs fuertemente vinculadas al aparataje injerencista del imperialismo occidental, como ocurre con Amnistía Internacional. Pero a pesar de ello, unas líneas más abajo Wikileaks se desmarca tajantemente de cualquier influencia, aseverando que está «totalmente financiado por su editor, las ventas de sus publicaciones y el público en general» (Wikileaks, 2015).

No obstante, ya desde sus primeros inicios Wikileaks mostró una preocupante inclinación favorable a los intereses geoestratégicos de Estados Unidos. Aún a día de hoy, en su página de Internet se puede leer:

“Nuestro principal interés se centra en los países con regímenes totalitarios como China, Rusia, la Eurasia Central, el Próximo Oriente y África Subsahariana (Chossudovsky, 2010).”

Y es que como muy bien observó el profesor Michel Chossudovzky:

“Desde un principio, el enfoque geopolítico de WikiLeaks en los «regímenes opresivos de Eurasia y Medio Oriente era «atractivo» para las elites estadounidenses, puesto que parecía coincidir con los objetivos de la política exterior estadounidense. Más aún, la composición del equipo de WikiLeaks (que incluía disidentes chinos), sin mencionar la metodología de «exponer secretos» de gobiernos extranjeros, estaban a tono con las prácticas de las operaciones encubiertas de EE.UU. (y con el apoyo de Freedom House) en pos de desencadenar «cambios de régimen» y promover «revoluciones de colores» en diferentes partes del mundo [43].”

Analizando más a fondo, los vínculos de Wikileaks con el aparataje injerencista del Deep State estadounidense y George Soros empiezan a emerger desde todas partes. En primer lugar, pocos recuerdan que tanto el proyecto de Wikileaks como la propia figura de Julian Assange surgieron a la palestra gracias a la labor del británico Centre of Investigative Journalism (CIJ), cuyo director fue el ya fallecido Gavin MacFayden. Para muchos, MacFayden fue el “mentor” de Assange y una figura clave que hizo posible el surgimiento de Wikileaks (Russian Today, 2016).

Curiosamente, según informó en su día el Observatorio de Cibermedios (Codina, 2017), el CIJ recibió financiación del Open Society Institute, entre otros donantes:

“A lo largo de los años, CIJ ha recibido el apoyo de varias fundaciones, entre las que se incluyen: City University London, Democratie en Media, Lorana Sullivan Foundation, Open Society Institute, Park Foundation, Reva and David Logan Foundation, David and Elaine Potter Foundation , la Fundación Roddick y varios fideicomisos privados más pequeños.”

La veracidad de este hecho se puede comprobar fácilmente gracias a la web de Wayback Machine, que es capaz de archivar el aspecto que mostraba cualquier página de Internet en el pasado. Gracias a esta herramienta, descubrimos que la web del CIJ mostraba en 2010 al Open Society Institute de Soros y a la Fundación Ford (fuertemente vinculada a su vez con la CIA) como unos de sus donantes más prominentes [46]. Por cierto, el conocido embajador de Wikileaks fue Joseph Farrell, otro periodista de investigación que también procede del CIJ, demostrando hasta qué punto esta plataforma de reporteros ha sido clave para la gestación del famoso portal de filtraciones [47].

Por otro lado, debemos comentar que el primer abogado de Julian Assange fue el británico Mark Stephens (BBC, 2010), quien hasta el pasado mes de séptimo estuvo a la cabeza del comité de dirección de Global Witness [49], una ONG que dice estar «comprometida contra el cambio climático». Pues bien, su página web no oculta que recibe sus honorarios de, entre otros, la Open Society de George Soros, la de su hijo Alexander Soros y también la de la Fundación Ford [50].

Cabe decir que, desde entonces, los diferentes abogados que han ayudado a Julian Assange han destacado por sus sorprendentes conexiones. Ahí tenemos el caso de la letrada en Derecho Internacional Amal Alamuddin, quien al poco de triunfar en los tribunales defendiendo al mediático líder de Wikileaks, inició una relación sentimental con el conocido actor de Hollywood George Clooney, personaje que además es miembro del elitista Council of Foreign Relations [51]. Nada más formalizar su matrimonio, George y Jamal Clooney se encargaron a través de su fundación de la producción del polémico y oscarizado film White Helmets (el País, 2017), donde ensalzan la labor de una supuesta ONG siria dedicada al rescate de civiles que ha sido acusada de recibir financiación de diferentes gobiernos occidentales y que mantiene inquietantes vínculos con la filial de Al-Qaeda en ese país (Russian Today, 2018).

Otro de los abogados de Assange y amigo personal de los Clooney es el británico Ben Emmerson, el cual también se ha hecho célebre por haber defendido con notable éxito a Abu Qatada, temible y sanguinario terrorista de Al-Qaeda. Actualmente, Emmerson ejerce como abogado de Puigdemont ante Naciones Unidas y se ha convertido en uno de los principales portavoces del independentismo catalán en el exterior (La Vanguardia, 2018).

Curiosamente, la trayectoria profesional de los inseparables Jamal Clooney y Ben Emmerson está marcada por una evidente tendencia antirrusa: En 2014, Jamal defendió a la anterior Primera Ministra ucraniana Julia Timoshenko y se mostró “encantada” de llevar a Bashar Al Assad, actual presidente de Siria apoyado por Moscú, ante los tribunales internacionales por presuntos crímenes de guerra (Middle Eat Eye, 2016). Por su parte, Ben Emmerson, quien desde su cuenta de Twitter ha mostrado públicamente su apoyo a la labor filantrópica de George Soros [56], representó a la mujer de Alexander Litvinenko culpando a Putin de su asesinato, y compareció ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos para acusar a Rusia de cometer crímenes de guerra en Georgia (2008). Más adelante, representó a Ucrania en el caso del conflicto de Crimea, donde «calificó de "fantoche" al régimen establecido en Crimea por el Gobierno ruso y de "ilegal y antidemocrático" el referéndum de autodeterminación celebrado en Crimea el 6 de marzo de 2014» (La Vanguardia, 2019). 

FOTO 4:Ben Emmerson, abogado de Wikileaks y de Puigdemont, apoyando a George Soros

Pero ellos no son, ni muchos menos, los únicos abogados de Assange y Wikileaks que mantienen inquietantes conexiones con el Deep State de Estados Unidos y muestran un sospechoso sesgo antirruso. Para conocer más información al respecto, remitimos al lector al formidable artículo de investigación que la periodista Lucy Komisar publicó en 2019 (Komisar, 2019).

Por supuesto, es obligado mencionar aquí al conocido juez español Baltasar Garzón, director de la defensa jurídica de Julian Assange a nivel internacional. Pero de él hablaremos con más detenimiento en un apartado posterior de esta investigación.

 

  1. Wikileaks y su conexión con Soros y la Primavera Árabe

No es muy conocido el hecho de que, antes de pedir asilo en la embajada ecuatoriana en Londres, Assange estuvo refugiado, allá por 2010, en la mansión del también reportero Vaughan Smith. Este suceso fue narrado por el diario El País (Elola, 2010) como pueden leer a continuación:

“Assange exprimirá su recobrada libertad en el campo. En la que será la residencia en que debe estar localizable, la mansión de su amigo y protector Vaughan Smith, fundador del prestigioso Frontline club, foro que lucha por una prensa independiente. Pasará las navidades en esa mansión de estilo georgiano ubicada en una finca de 250 hectáreas de bosque, en Bungay, pequeño pueblo situado a unos 140 kilómetros de la capital británica, en los límites de Norfolk y Suffolk.”

¿Cuál es el problema aquí? Pues que el Frontline Club, ese espacio fundado por Vaughan Smith para promocionar el periodismo independiente, está financiado por la Open Society de Soros. Así lo explicó Eric Pfanner en un artículo publicado para The New York Times y fechado en 2006:

“El Sr. Smith creó Frontline pidiendo prestados hasta 3 millones de libras (unos 5,7 millones de dólares) contra el patrimonio de su familia en Norfolk, Inglaterra, y ha recibido financiamiento para sus eventos del Open Society Institute, una organización filantrópica creada por el inversionista y filántropo multimillonario George Soros. Aunque Frontline aún no ha alcanzado el punto de equilibrio, el Sr. Smith está sopesando la posibilidad de abrir un club en Nueva York o Washington, quizás con un socio comercial local (Pfanner, 2010).”

Y que conste que no se trata de ningún secreto, ya que incluso en la actualidad, la web de este foro admite dicha financiación en el apartado de “socios internacionales” [61].

FOTO 5:Wikileaks organizando eventos con la participación de miembros de la Open Society

Pero no es sólo que toda la vida profesional de Assange ha estado directamente ligada a organizaciones controladas por Soros, sino que este mismo fenómeno ocurre con sus ayudantes más destacados. Observemos el caso de Jacob Appelbaum, el “hacktivista” lugarteniente de Assange y también cofundador de Wikileaks. Este excéntrico personaje fue justamente quien, junto al exagente de la NSA Edward Snowden, desarrolló el navegador Tor, una herramienta que con el tiempo se reveló como clave para que cuajara el proyecto de Wikileaks (Máiquez, 2010).

En un artículo de The Guardian publicado en 2016 se menciona, entre otros apuntes biográficos, que Appelbaum llegó a trabajar para el Open Society Institute de George Soros (Loll, 2016). Pero lo que resulta más perturbador es que tal y como consta en la web de Tor, este proyecto impulsado por Appelbaum y Snowden ha contado con las donaciones de fundaciones globalistas como la Fundación Ford, la Omidyar Network, Human Rights Watch o la red transnacional de periodistas y blogueros HIVOS, las dos últimas financiadas directamente por la Open Society de George Soros [64]. No obstante, la mayor parte de su financiación procede nada menos que del gobierno de Estados Unidos, como explicó el ruso Yasha Lavine en una entrevista para La Marea. Este experto incluso llega al extremo de calificar a Tor como «una trampa, una herramienta de la inteligencia estadounidense y una herramienta del 'soft-power'» [65].

Además, sabemos que Jacob no tardó en exprimir el potencial de su navegador y en 2009 viajó hasta Beirut para enseñar a manejar Tor a un nutrido grupo de blogueros árabes (York, 2009). Como ya habrá adivinado el lector, aquel evento de Beirut fue financiado por la Open Society, según expone la web de Global Voices, la principal organizadora del evento [67]. Hasta disponemos de un documento gráfico que acredita la participación de Jacob en esa reunión, a través de la cuenta de Flickr de una de las activistas asistente a este encuentro: la bloguera Jillian York [68]. Todo esto no es de extrañar en absoluto, ya que el propio Appelbaum se jactó en una entrevista concedida a una revista científica de haber sido una de las figuras clave que prendió la mecha de la Primavera Árabe. En ella, este experimentado hacker presumió de que la capitación que él ofreció a estos blogueros fue decisiva para que, apenas dos años después, tales protestas acabaran detonando (Pollock, 2011).

Todo lo anterior debería recordarnos el papel desestabilizador de Wikileaks a la hora de propiciar las revueltas de la Primavera Árabe, unas algaradas cuyo modus operandi recuerda poderosamente a las imperialistas “revoluciones de color” que unos años antes se produjeron en determinados países del este de Europa. De hecho, el propio Assange presumió en 2011 de que el protagonismo de Wikileaks fue fundamental para conseguir indignar a la población del mundo árabe, logrando que las revueltas que convulsionaban a esos países prendieran, se consolidaran y tuvieran éxito (Democracy Now!, 2011). Entre esas revueltas podemos destacar la que se produjo en Siria, dado que éstas pronto derivaron en un cruento conflicto bélico. Aquí Wikileaks se encargó de soliviantar a los opositores sirios (muchos de ellos ligados a grupos de islamistas radicales y terroristas, que además recibieron el apoyo de las potencias occidentales) al hacer públicos los correos electrónicos internos del gobierno de Al-Assad, los llamados Syria Files [71].

Con ello, la plataforma impulsada por Assange demostraba que era perfectamente capaz de alinearse con la política exterior del imperialismo estadounidense si así lo consideraba oportuno.

 

  1. Wikileaks y sus “peculiares” colaboradores

El portal Wikileaks nos informa de que sus activistas no trabajan solos, sino que cuentan con la participación de multitud de «socios y colaboradores» [72]. Lo sorprendente es que, si de esta nutrida lista exceptuamos a los medios de comunicación, centrándonos sólo en las ONGs, plataformas y fundaciones que aparecen en su página web oficial, descubriremos que casi todas las entidades que aparecen como colaboradoras de Wikileaks están directamente vinculadas a la Open Society de George Soros. Así, además de la imagen corporativa del anteriormente mencionado CIJ, podremos observar la presencia de los logotipos de:

-CIPER: Se trata del Centro de Investigación Periodística, una red de “reporteros independientes” chilena que cuenta con la financiación de la Open Society Foundations, tal y como consta en la parte inferior de su web [73].

-Privacy International: Estamos ante una ONG dedicada a propósitos “caritativos” que recibe fondos tanto de la Open Society Foundations como de la Ford Foundation [74].

-Nawaat: Es una red de reporteros, activistas y blogueros árabes que cuenta entre sus socios y financiadores con la Open Society Foundations y la National Endowment of Democracy (NED) [75]. 

-Transparency Toolkit: Colectivo de hacktivistas que, según sus propias palabras, se dedica a “vigilar a los vigiladores”. En 2017, este grupo recibió el apoyo financiero de la Open Society Foundations de George Soros, según se comprueba en las capturas realizadas por ex usuarios de Wikileaks en diferentes foros de Internet [76].

-Courage Foundation: Estamos ante una asociación que no expone la identidad de sus donantes, pero que se define como «una organización internacional que apoya a quienes arriesgan la vida o la libertad para hacer contribuciones significativas al registro histórico». Además, es la entidad encargada de recabar fondos para la defensa de Assange a través de su iniciativa Defend WikiLeaks.

FOTO 6:La lista de socios de Wikileaks está repleta de organizaciones financiadas por Soros

El dato intrigante es que, como desveló en su día el escritor marxista Aymeric Monville (Monville, 2020), la dirección de la sede de la Courage Foundation, a la que se supone que van destinados los fondos de los donantes que desean contribuir a la causa de la libertad de Assange [78], es el 201 de Varick Street de Nueva York (Estados Unidos), es decir, exactamente la misma dirección donde se halla la sede del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos. Este dependencia gubernamental fue creada por George Bush en 2003, justo tras los atentados del 11-S. A este respecto, el francés Monville hace la siguiente reflexión:

“Dado que una oficina de correos también se encuentra en el mismo edificio, uno puede imaginar que la fundación Courage está representada por un simple buzón, que es independiente de la "prestigiosa" organización que posee la misma dirección.

Sin embargo, ¿qué organización con un enfoque hostil o, al menos, crítico con el imperialismo estadounidense consideraría apropiado tener su buzón en lugares equivalentes, por ejemplo, a la Place Beauvau donde se encuentra el Ministerio del Interior de Francia?”

Por cierto, tampoco es baladí que alguien como la abogada Renata Ávila sea la fiduciaria de la Courage Foundation (Ávila, 2018). Quédense con este nombre, porque hablaremos de ella y de su relación con Wikileaks y el partido DiEM 25 en la segunda parte de esta apasionante investigación.

 



  

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