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(Blancas: Caballo f3 – Negras: Caballo d7)¿ Eloy? ¡ Oh!, Dios… ¿ Eres tú, Eloy? ¿ Estoy soñ ando? No, no es un sueñ o. Eres tú. Reconozco tu voz, y huelo tu perfume y… sí, tambié n puedo verte, al lado de Norma. Y ahora mamá que te da un beso mientras papá sigue abatido ahí, junto a la ventana. Has llegado. Sabí a que lo harí as, pero como aquí el tiempo no existe, no sabí a cuá ndo serí a posible verte. ¡ Ahora, sin embargo, me alegra tanto tenerte a mi lado! Aunque lamento mi aspecto. Estoy horrible, ¿ verdad? Y pensar que lo ú ltimo que te dije fue… Te quiero. No hablaba en serio, ¿ sabes? ¡ Qué estú pida fui! En realidad… no sé, estaba jugando, ya sabes tú. Creo que me asustaba atarme. Se dicen tantas tonterí as acerca del primer amor: que si se empieza pronto luego se estropea enseguida, que es mejor vivir primero y despué s… No quiero perderte, Eloy. Ni quiero perderme yo. ¿ Por qué no me coges de la mano? Por favor… ¿ Has estudiado mucho? Supongo que sí, toda la noche. Menudo eres. Y terco. Y ahora esto, ¡ menudo palo! Si el lunes suspendes el examen, encima será culpa mí a. Me sabe mal, cariñ o, pero te juro que yo no querí a acabar así. Lo ú nico que deseaba era pasar una noche loca, emborracharme de mú sica, olvidar, volar. Lo deseaba má s que nunca. Aunque te echaba de menos. Me crees, ¿ verdad? Claro. Está s aquí. De lo contrario no habrí as venido. Có geme de la mano. Vamos, có geme de la mano. Así … Gracias. Ahora ya no me importan el silencio ni la oscuridad. Ahora…
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