Хелпикс

Главная

Контакты

Случайная статья





EL SUSTANTIVO



Desde una perspectiva morfoló gica, el nombre o sustantivo se caracteriza por admitir gé nero y nú mero, así como por participarenvariosprocesos de derivació n ycomposició n.

Desde el punto de vista sintá ctico, el sustantivo forma gruposnominales, a los que correspondendiversasfuncionessintá cticas (sujeto, complementodirecto, té rmino de preposició n, etc. ).

Los sustantivosdenotan entidades, materiales o inmateriales, de todanaturaleza y condició n: personas, animales, cosasreales o imaginarias, grupos, materias, acciones, cualidades, sucesos.

Los sustantivos se dividentradicionalmenteen comunes y propios.

El nombrecomú n o apelativo se aplica a todos los individuos de una clase. Se caracteriza, enefecto, por clasifcar o categorizar las personas, los animales o las cosassegú nciertosrasgoscomunes que los distinguen. Estosnombrespuedenparticiparenrelacioneslé xicas de hiperonimia, hiponimia, sinonimia y antonimia, y son traduciblesaotrosidiomas.

El nombrepropio identifca un ser entre los demá s sin informar de sus rasgos o sus propiedadesconstitutivas. Estossustantivos no expresanqué son laspersonas o las cosas (comohacen los nombrescomunes: mujer, montañ a, paí s), sinocó mo se llamanindividualmenteesasentidades (Paula, Everest, Colombia). Gozan, pues, por sí mismos de capacidadreferidora. Los nombrespropios no participanenrelacioneslé xicas (sinonimia, antonimia, etc. ) y, aunqueestablecencorrespondencia con los nombressimilares de otraslenguas, no tienenpropiamentetraducció n.

Los nombres propios de persona se llaman antropó nimos (Clara, Luis). Los nombres de animales (llamados zoó nimos ) pueden ser tambié npropios (Babieca, Micifuz, Pegaso). Son asimismonombrespropios los que designan las divinidades y figurasreligiosas (Alá, Apolo, Buda, Cristo, Dios), así como los seresmitoló gicos, legendarios o fantá sticos (Hé rcules, Papá Noel, Pulgarcito). Entre los antropó nimosse suelendistinguir los nombresde pila, los apellidos y los sobrenombres. Constituyen un tipo especial de nombres de pila los hipocorí sticos. Se trata de formasabreviadas que se usanen la lengua familiar comodesignacionesafectivas: Lola, Lupe, Nacho, Paco, Pepe, Pili, Tere. Muchos apellidos son enespañ ol nombrespatroní micos, es decir, derivadosmorfoló gicos de los nombres de pila: Ferná ndez, deFernando; Martí nez, de Martí n; Pé rez, de Pero. Entre los sobrenombres está n los seudó nimos, nombres que emplean los autores o artistas para ocultar el propio: Azorí n, el Brocense, Cantinfas; los apodos o motes, que son designacionesiró nicas, descalificadoras o cariñ osas: la Beba, el Bizco, la Chata, el Negro —o, en plural, má spropio deEspañ a, la Ojos, la Pecas, el Piernas—; y los alias, que se empleancomonombreartí stico o profesional (la Chunga, el Cordobé s).

Los nombrespropios de lugar se denominan topó nimos. Designan continentes (Amé rica), paí ses (Costa Rica), estados (Jalisco), provincias (Entre Rí os), departamentos (Florida), ciudades (Santiago), pueblos (Casupá ), calles (Corrientes), barrios (Chacarita), montañ as o picos (Aconcagua), volcanes (Chimborazo), cabos (San Lucas), islas (Menorca), istmos (Panamá ), etc. Se empleanmuy a menudo enconstruccionesapositivas, con la preposició nde (la ciudad de Buenos Aires, la isla de Jamaica) o sin ella (la calle Zamora). Forman un grupo particular de topó nimoslos hidró nimos, es decir, los nombrespropios que designan rí os (Lempa), canales (Yucatá n), arroyos (Miguelete), mares (Negro), océ anos (Atlá ntico), etc. Tambié n seconstruyenfrecuentementeenaposició n: el rí o Duero, el mar Mediterrá neo, el océ anoAtlá ntico, si bien puedendejarimplí cito el nombrecomú n: el Duero.

Se ajustanen mayor o menormedida a las caracterí sticas de los nombrespropios los que denotan festividades o conmemoraciones (la Ascensió n, elRamadá n); astros (Ganí medes, Marte, Orió n); representacionesalegó ricas (la Muerte); tí tulos de obras (Simó n Bocanegra); fundaciones (Lolita Rubial); ó rdenesreligiosas (Santa Clara); empresas (El Mercurio de Antofagasta); clubes (Club DeportivoIstmeñ o); corporaciones (Real Academia Españ ola), y otrasmuchasasociaciones, agrupaciones o instituciones de diversanaturaleza.

Dado que los nombrespropiosincorporan la noció n de ‘unicidad’, seconstruyenprototí picamente sin artí culo. Coincidenenello con los pronombrespersonales, que tambié n la incorporan: No me gusta {Antonia ~ usted ~ *jefe}.

Algunostopó nimos se usansiempre con artí culodeterminado porqueestá incorporadoaellos: El Cairo, La Habana, La Haya, La Mancha, El Paso, El Salvador. Se dice, por tanto, Viajaré a El Salvador (no *a Salvador). Entodosestoscasosel artí culo ha de escribirseenmayú scula. Encambio, con otrostopó nimos el artí culo es potestativo: no se suprimecuando se usaennombresoficiales, comoRepú blicadel Perú o Repú blica Oriental del Uruguay, peropuedeomitirseenotrosmuchoscontextos: (el) Perú, (el) Paraguay, (el) Uruguay, (la) Argentina, (la) China, (la) India. Se registran, pues, alternanciascomoviajar al Perú ~ viajar a Perú . Enestoscasos el artí culo se escribe con minú scula y permiteintercalaradjetivos entre é l y elnombre, lo que revela que no está sintá cticamenteintegrado. Puedecompararse, porejemplo, el actual Uruguay con *la populosa Haya. Los nombres de los montes y delos rí os se comportancomoel Uruguay, enlugar de comoLa Haya: Gracias a suprivilegiadasituació n, en medio de los imponentes Alpes, Liechtenstein cuenta con numerosasestampasbucó licas (Vanguardia [Mé x. ] 28/11/2007).

Constituyentambié nnombrespropios que pasan a usarsecomocomuneslos que designan marcas (una Ducatti, un Ró lex, una coca-cola), premios (Recibió unó scar, un cé sar, dos goyas) u obras de arte, sobretodopictó ricas, identifcadas por elnombre de su autor: Recuerdo que enesa casa habí aun Picasso de los má shermosos quehe visto (Neruda, Confeso).

Otrosnombrescomunescreados a partir de primitivosnombrespropios se referena arquetiposhumanos: una celestina (‘alcahueta’); undonjuá n (‘seductor’); una magdalena (‘mujerpenitente o visiblementearrepentida’); un neró n (‘hombre muy cruel’). Sí suelen, encambio, asimilarse a los nombrespropios los que resultan de procesos de antonomasia consistentesen usar un nombrecomú n que, en un determinadoentorno cultural, se entiendeaplicado a un solo individuo: el Filó sofo por Aristó teles, el Profeta por Mahoma, la Virgen por Marí a, laVoz por Frank Sinatra, etc. Tambié n se comportancomopropios los nombrescomunesusados metalingü í sticamente. Puedecompararse, por ejemplo, *Rosa tiene espinas con “Rosa” tiene cuatroletras.

Los nombrescomunes se dividentradicionalmente de acuerdo con las siguientesagrupaciones: contables–no contables; individuales– colectivos; abstractos– concretos.

Los nombrescontables (tambié nllamados discontinuos y discretos )aludenaentidades que se puedencontar o enumerar (un libro, tresplanetas, cuatroformas de proceder), mientras que los no contables (tambié ndenominados incontables, continuos, de materia, de masa y medibles ) designan magnitudes que seinterpretancomosustancias o materias (un poco de café, demasiadatestarudez, muchotiempo).

Los nombres son contables no solo por la naturaleza de lo que designan, sinoenfunció n de su comportamientogramatical. Así, elsustantivoinformació n es contableenespañ ol (dos informaciones), pero no eninglé s(*two informations).

Los nombrescontables puedenusarseen plural con modifcadoresdiversos: determinantesdefnidos (lascasas, mis amigos, estasfamilias), numeralescardinales (tres mesas, cuatro palabras), indefinidos (muchosviajes, variasactitudes, bastantescontratiempos, cuá ntasmanzanas), e incluso sin modifcadoralguno (Faltandetalles).

Los nombres no contables, que designan magnitudes que se interpretancomo sustancias, son cuantifcables, pero no enumerables. No se construyen, por tanto, en plural, sinoen singular y puedeniracompañ ados de los indefinidosmucho, poco, bastante, demasiado, harto, tanto, cuanto (o cuá nto), etc. y sus variantes de gé nero, comoenmucho pan, pocaalegrí a, hartapaciencia, demasiada arena, tanto esfuerzo, cuá ntaagua. Rechazan, encambio, los numerales, el adjetivomedio (se dice la mitad de laarena, no *media arena) y ciertosindefinidos, comovarios, diversos o determinados.

Unospocos adjetivos se construyen de forma caracterí stica con nombresno contables. Así ocurre con abundante, cuyapresencia ha sidointerpretadacomo eldiagnó sticomá sseguro del cará cter no contable de un sustantivo. Lo admiten, enefecto, aceite, agua, arena, armamento, bibliografí a, cabellera, caza, correspondencia, dinero, fruta, ganado, informació n, licor, lluvia, munició n, pasto, pelo, sangrey muchosmá s.

Compraré pan [no contableen singular] ~Compraré libros [contableen plural] ~ *Compraré libro [contableen singular].

Hay pú blico [no contableen singular] en la sala ~ Hay periodistas [contableen plural] enla sala ~ *Hay periodista [contableen singular] en la sala.

No abunda el talento [no contableen singular] ~ No abundan las oportunidades [contableen plural] ~ *No abunda la oportunidad [contableen singular].

Salí aagua [no contableen singular] ~ Salí analumnos [contableen plural] ~ *Salí aalumno [contableen singular].

Se asimilantambié nenbuenamedida a los no contables los pluraliatá ntum (agujetas, apuros, celos, cimientos, comestibles). Aunque se usancasisiempreen plural, no aportaninformació n de pluralidad, por lo que no designanentidadesenumerables.

El paralelismo entre los sustantivoscontablesen plural y los no contablesen singular ha sidoatribuido a que muchos de los nombres no contablesconstituyenuna suerte de pluraleslé xicos, en el sentido de que denotan conjuntos de partí culas (trigo, arena) o bien de individuos (pú blico, gente). Aestamismarazó n se atribuyeel que la preposició nentre, que se construye con té rminosen que está presente laidea de pluralidad, aceptesustantivoscontinuosen singular.

Tambié n los verbos que seleccionanargumentoscolectivos —comoenreunir unejé rcito— satisfacen la idea de pluralidad con nombres no contables: Voyamontonandobasuraen el patio (Donoso, Pá jaro); La saliva se acumuladebajo de la lengua(Moró n, Gallo).

Un buennú mero de los nombres no contablesdesignan sustancias o materias (aire, comida, sangre), cualidades o propiedades (altura, inteligencia, pereza) y sensaciones o sentimientos (amor, entusiasmo, rabia).

Los sustantivosllamados individuales denotan personas, animales o cosas que concebimoscomoentidadesú nicas (profesor, oveja, barco); los nombres colectivos puedendesignar, construidosen singular, conjuntos de personas o cosassimilares (profesorado, rebañ o, flota).

Los colectivos se handivididotradicionalmenteen determinados e indeterminados.

Los determinados son aquellos que llevanen su signifcado la naturaleza de sus componentes: así, una orquestaestá formada por mú sicos y unayeguada por yeguas; en los indeterminados, encambio, no es posibleconocer esedatosino se especifca: así ocurre con docena, millar, par, montó n, puñ ado, serie yotrosnombressimilares que formanconstruccionespseudopartitivas (una docenade huevos, un montó n de estié rcol).

Desde el punto de vista de su forma, los colectivos se dividenen dos grupos: los lé xicos, que no poseenestructuramorfoló gica (familia, manada, rebañ o), y los morfoló gicos, que se forman con los denominadossufijos de sentidoabundancial: trompeterí o, chiquillerí a, muestrario, arboleda, yeguada, alumnado, pedregal, peonajey otros.

Algunosnombres no contables se usancomocolectivos con un sentidometoní mico. Así, loza, porcelanaoplata son nombres de materiaenhecho de loza, tazas de porcelana, labradoenplata, pero se asimilanenciertamedida a los nombrescolectivoscuandodesignan un conjunto de piezasfabricadas con ese material, comoenLimpiabadiariamente la plata; He juntadotoda la porcelanaen el armario.

La noció n de pluralidad, que los colectivosexpresanlé xicamente, tiene diversasrepercusionessintá cticas. La primeraatañ e a la concordancia verbal. Esta debehacerseen singular si el colectivo es singular, peroregistran a menudo concordanciasen plural, comoenToda la familiaiban de vacaciones o en los ejemplossiguientes:

La multitud, hombres y mujeres, exaltados y confados, cantaron antes de la batalla esehimno al Señ or (ABC 21/6/1986); Ojalá todatufamiliaaprendamos a honrarte y recordartecomote lo mereces (Prensa [Nic. ] 25/7/2002); Le pareció que todaaquellagenteeranintrusos (Landero, Juegos); El colectivo de profesores […] llevará n a cabo, el pró ximofn de semana, un encierrocomomedida de protesta (Canarias 11/12/2000).

Tradicionalmente se hanclasifcadotambié n los sustantivosen abstractos y concretos. Los primerosdesignancuanto no es material, es decir, acciones, procesos y cualidades que atribuimos a los serespensá ndoloscomoentidadesindependientes de ellos (belleza, maniqueí smo, reproducció n, suciedad). Los segundoshacenreferencia, por el contrario, aesosmismosseres a los que se atribuyen talesacciones o propiedades.

Los sustantivosllamados argumentales son los que tienenargumentos, es decir, los que se construyen con modifcadores o complementos que designanparticipantespedidosenrazó n de su propiosignifcado. Tiene argumentos, porejemplo, el sustantivoamigo (en tanto su signifcado no se concibesino hay dosparticipantes entre los que se establece la relació n de amistad), pero no mesa.

Sellaman sustantivoseventivos (tambié nnombresde evento o de suceso) losque, comoaccidente, batalla, cacerí a, reunió n, pueden ser sujetos del predicadotenerlugar (La batalla de Waterloo tuvolugarenBé lgica) o té rminos de la preposició ndurante (durante la cacerí a), y se ubican temporal o espacialmente con el verbo ser: La reunió n es a las cincoen mi despacho.

Los nombrescuantificativos o cuantitativosformangruposnominales que ejercen la funció n de los cuantifcadores: unabrizna de hierba, un grano de algodó n; un litro de leche, dos kilos de pan; un grupo demuchachos, un racimo de uvas.

Los sustantivossubrayadosenun montó n de arena, un litro de agua, uncentenar de invitados son sustantivos cuantificativos, y se caracterizan poradmitircomocomplemento un grupo nominal sin determinante (arena, agua, invitados) al que cuantifcan, es decir, por formarconstruccionespseudopartitivas. Puedenclasifcarseentresgrupos:

1. Sustantivos acotadores o parceladores (una brizna de hierba)

2. Sustantivos de medida (un kilo de papas)

3. Sustantivos de grupo (un montó n de regalos)

Con los nombrescuantifcativos (brizna, kilo, montó n), se creangruposnominalescuantificativos (una brizna, dos kilos, un montó n).

Los sustantivoscuantifcativos diferenen la cantidad que expresan. Conllevan la idea de pequeñ ez o importanciaescasa á pice, atisbo, á tomo, brizna o pizca entre otrosmuchos; indican lo contrariobarbaridad, carrada (sobretodoen el á rearioplatense), chorro, disparate, enormidad, infnidad, mogolló n, mollejero (sobretodoen el Caribe continental), montó n, panda, pila, ponchada, porrada, porró n, toco, trojao vagó n, entre otrosmuchos.

Los sustantivosclasificativos (tambié nllamados de clase y cualificativos ), comoclase, especie, suerte, tipoovariedad, poseenvarios puntos encomú n con loscuantifcativos, perotambié n se diferencian de ellosenalgunosrasgos.

Al igual que los nombrescuantifcativos, los clasifcativosaparecen de ordinarioen estructuraspseudopartitivas, es decir, toman un grupopreposicionalintroducido por la preposició ndeseguido de un nombre o grupo nominal sindeterminante: La mayorí a de la gente se dejacautivar por esaclase de mentiras (Alegrí a, C., Deté n); En el fondodivisé una suerte de torre, coronada por una cú pula (Borges, Libro). Sin embargo, a diferencia de los nombrescuantifcativos, algunoscualifcativosaceptantambié nsustantivoscontablesen singular, lo que da lugar acontrastescomoun tipo de niñ o ~ *un grupo de niñ o.

 



  

© helpiks.su При использовании или копировании материалов прямая ссылка на сайт обязательна.